13 febrero 2010

Mis azares no son tus causas

El 28 de enero, al menos en República Dominicana, lo celebraron a mediados de febrero. Muchas causas y no pocos azares lograron que el cumpleaños del apóstol rebotara una quincena más allá. Dos o tres cubanos, que conservan intacto un patriotismo envidiable, lanzaron la convocatoria y algunos pocos acudimos. En mi caso y en el de Luis González Ruisánchez, además de nuestra presencia, aportamos sendos textos dedicados al Martí más creíble, a ese ser humano que aún hoy nos impulsa.

Cuando me cedieron la palabra, tuve la mala idea de ser honesto. Confesé que “Los zapaticos de rosa” me parecía uno de los textos más ridículos de la poesía cubana. No hablé de otras creaciones martianas que, a mi juicio, también son funestas; pero el solo hecho de mencionar ese poema que, en nuestro caso, es además un sufrido “catecismo”, provocó la ira de algunos de los presentes y, en particular, de un educador que al final acabó retirándose del sitio.

Cuando llegué a República Dominicana, Rita Ginebra me habló del colegio Amador. Se trataba, me dijo ella, de una escuela (siempre he preferido ese término al primero) propiedad de un exiliado cubano. La idea de que Ana Rosario continuara sus estudios entre compatriotas me entusiasmó y con esa ilusión fuimos donde el dueño. “Aceptaremos a su hija con mucho gusto, pero ustedes deben entender que necesitamos a cubanos que cooperen con la causa”, reclamó el individuo.

No se le preguntó cuál era su causa, simplemente dimos la espalda y nos largamos. Afortunadamente, Ana Rosario ha tenido la oportunidad de recibir una enseñanza de calidad en República Dominicana, sin que se le pidiera nada a cambio que no fuera su compromiso con aprender para después ser útil en algo. Muchos creyeron que fue un exabrupto de mi parte decirle al tal Amador que poco me importaba lo que él pensaba de mis ideas. Para mí, fue una cuestión de principios. Mis azares no son sus causas. Me fui de Cuba huyéndole al fascismo, tratando de que Ana Rosario estuviera a salvo en un lugar con salida al futuro.

Eso no se negocia, ni con él ni con nadie.

33 comentarios:

Anónimo dijo...

Doy fe del hecho...fue tal cual...quizà un poco màs molesto, luego de hablar otras cosas que nada tenìan que ver con la enseñanza que se le brindaría a la niña. Me equivoco...solo habló de la enseñanza de el catolicismo y Ana Rosario no es catolica para más.

JOSE LUIS dijo...

Hola Camilo :

Soy profesor de Literatura y no acabo de entender las razones que te conducen a calificar el poema " Los zapatitos de rosa" como una de las composiciones más ridículas de la literatura cubana. Quisiera, te lo pido por favor, que tú me aportes razones acerca de tan exclusiva o única afirmación. Te solicito me indiques cuáles son esas otras composiones funestas que tú le atribuyes a José Martí. Sólo quiero que tú, con sustanciales argumentos técnico- literarios, logres convencerme acerca de la tesis que sustentas acerca de la obra poética de tu insigne compatriota.

NOTAS : Si no es insgne, te pido excusas. Ese es el concepto que de Martí yo tengo y tendré hasta que no me demuestren lo contrario con sólidos argumentos.

Saludos.

Anónimo dijo...

que causa queria que cooperaras?
Casualmente el pasado 28 de enero, asisti a un "almuerzo martiano" en la ciudad donde resido, y habia pocas personas, todos exiliados cubanos con un minimo de edad de 70 años. Al principio me senti un poco incomodo y ya despues me fui relajando para finalmente quedarme con la sensacion de haber conocido personas maravillosas y que aman a cuba por sobre todas las cosas. Pero en realidad tienen demencia senil, al final estaban convocando a la lucha armada, a una invasion a la isla para librarla de la dictadura, imaginense en estos tiempos con semejante retorica jajaja.
un abrazo desde Texas, entro por primera vez a tu blog y espero hacerlo mas seguido
L.G

Anónimo dijo...

Ya he paseado por su blog y de verdad me parece formidable, le invito a pasar por un blog en el que recien comencé a colaborar.
cubanosenhouston.blogspot.com
L.G

Camilo Venegas dijo...

Estimado José Luis: Tengo un amigo que detesta la malta con leche condensada. Ese, que para mí es uno de los mejores inventos cubanos, era intragable para él. Nos pasa lo mismo a ti y a mí con "Los zapaticos de rosa". Me parece una obra muy menor y muy lejos de los verdaderos logros poéticos de José Martí, que están, sobre todo, en sus "Versos libres". Martí escribió tanto, pero tanto, que es normal que tenga muchas obras funestas (¡Las tienen Shakespere o Cervantes, cómo no habría de tenerlas él). De hecho usé el adjetivo para que los lectores más empedernidos de su obra (lo soy) cogieran la seña. ¿Te parece buena "Amistad funesta"? A mí, junto a "Adúltera" me parece de lo peor que se ha escrito en la novela y el teatro cubano. Eso no quiere decir que no admire a Martí como uno de los más increíbles seres que han habitado en Américaen cualquier época, simplemente detesto la idolatría y eso de encaramar a un héroe en un pedestal sin antes no haberlo entendido como un ser humano. Martí fue excepcional, pero eso no quiere decir que su vasta y extraordinaria obra literaria no tenga obras menores y hasta fallidas.
"Los zapaticos de rosa" es un poemita infantil ceñido a una estética que, ya en ese época, estaba superada. Pero, ojo, no tengo nada en contra de los que lo recitan y lloran y se rasgan las vestiduras. Yo sólo digo que a mí me parece ridiculísimo, de la misma manera que a mi amigo no le gusta la malta con leche condensada.¿Podemos pensar distinto que sin pase nada, no?

Anónimo dijo...

No por gusto es una de sus obras mas conocidas porque generalmente lo que gusta a la mayoria no es lo mejor sino lo mas facil y comun. Al llamarla ridicula heriste el patriotismo de los presentes, insultaste al poeta. En "Vivir para contarla" Garcia Marquez confiesa detestar El Quijote y no haber podido terminar de leerla.Sigamos arrojando aquello que no nos atrevemos a decir usualmente. No poseo ningun argumento literario, pero pienso que algunas obras de Garcia Marquez son horribles.

Odette dijo...

Exacto, no creo que nadie deba convencer a otros de que piensen lo mismo. A mí "Los zapaticos de rosa" me parece no sólo ridículo, sino mariconísimo... pero me encanta.

jJOSE LUIS dijo...

Gracias Camilo por tu gentileza al responderme, pero tu respuesta, a la luz de mi formación literaria adqurida en la UASD y otras universidades tanto nacionales como extranjeras, no me convence. De toda manera, aunque no lo comparta, respeto tu punto de vista.

Abrazos.

JOSE LUIS.

Josan Caballero dijo...

Amigo Camilo, gracias por tus comentarios en este caso, pero coincido como el profesor José Luis, al parecerme que tu lectura de este cuento poético de Martí descarta sus valores histórico genéticos, e incluso, lo que tu hablas en relación con el catecismo, resulta todo lo contrario. Si te detienes a leer dicho texto detenidamente hay una crítica a la caridad de las familas ricas, pues es cierto que Pilar regala sus zapatos, pero la niña muere, de lo que se desprende que Martí denosta esa virtud teologal, y la opone a la de Bebé, que es la bondad. Este poema es la revisión ideológica de un integrante de una generación nacionalista, posterior a 1858, educada y formada, como Marti, en los primeros libros de lectura patrióticos, escritos por José de la Luz y Caballero, Cirilo Villaverde, los hermanos Antonio y Eusebio Guiteras, entre otros. En mi libro ESE NIÑO DE LA EDAD DE ORO, Premio Especial del Centenario de La Edad de Oro 1989, y que está incluida parte en mi blog, estudio todos estos pormenores, e incluyo un pasaje del primer periódico infantil cubano, Album de los Niños, de Manuel Zapatero, que lo leyó Martí, cuando estudiaba en el Colegio de San Anacleto (post que incluí el 28 de enero en mi blog), que trata el tema, al parecer, igual al martiano, pero si te percatas, verás que lo que hace ESE PADRE DE LA EDAD DE ORO, como en ISMAELILLO, de 1882, es alertar a su hijo, como a los de América, de esos tábanos fieros, y de esas virtudes teologales, que ensombrecían a la niñez de su época. Por eso dejó además de publicar la revista, cuatro meses después, cuando querían que le impusiera "el temor de dios" a los textos que proponía a los pequeños de América. Es lo mismo que dicen algunos sobre LA ROSA BLANCA, cuando en verdad, Nuestro Martí, tiene una para el amigo, todo amor, y otra de mármol, fuerza, poder de cambio, para el cruel que le arranca el corazón. El adjetivo o valoración no es, créeme, "funesto", como dices, ya que eso sí lo sería para alguien, que no es tu caso, perdido en los avatares de una lectura insípida martiana, o cuando más totalitarista. A Martí hay que estudiarlo en su contexto, renovador de la modernidad de las letras hispánicas, pero tambipen un hombre de su época, desbordado, que ensaya, que traduce, que juega con la palabra, los asuntos y los temas, los autores y las épocas, las estructuras y filosofías, los movimientos y las artes todas, de tal modo que quien intente adentrarse a él, en cada pieza, deberá juzgar no sólo al hombre en su circunstancia, sino al creador en los albores de su tiempo creativo de transgresión, e incluso en el conjunto revolucionario de su obra. No te das cuenta que por eso, en sus artículos périodísticos habla de que sean las sociedades de universidades y zapatos, aludiendo, claro, a ese mal teologal religioso de entregar por caridad, y no por bondad, por lucha intransigente de una sociedad que debe cambiar hasta la médula, tanto que nos habla en 1893, que en el socialismo, el hombre pasa de ser siervo de un señor a ser siervo del estado. Me gustaría de veras que te leyeras mis textos, y ahondar sobre el tema, pues creo que el concepto FUNESTO en Martí, para valorar su obra, no lo alcanzará jamás, salvo en su juvenil novela, por el título acaso: AMISTAD FUNESTA. Un abrazo, y saludos en el día de la amistad, Josán Caballero.

JOSÁN CABALLERO dijo...

Amigo Anónimo, no es por disentir con usted o Camilo, es cierto lo de García Márquez, pero el preciosismo y cuidado martiano es superior, aunque, si soy un soberbio o un lector no avisado, claro que puedo decir lo que quiera, ahora, si me precio de ser un creador como Venegas, lo tengo que sustentar, o al menos saber que lo digo, sin embargo, van a venir otros con sus argumentos más sólidos a refutar ese desliz, al parecer resultado de una no profundización en el tema, sobre todo, como le digo y dije a Camilo, en el caso excepcional de José Martí. Lo invito a leer y buscar no sólo mis investigaciones sobre este asunto, sino otras también enjundiosas. Lo saludo gratamente, Josán Caballero.

Odette Alonso dijo...

A mí "Los zapaticos de rosa" me parece no sólo ridículo, sino mariconísimo... pero me encanta.

JOSÁN CABALLERO dijo...

Hola, Camilo, que pasó con mi comentario anterior al que le hice al Anónimo, que fue exactamente contigo y sobre este tema, mucho más interesanted y largo que el primero. Qué, me lo censuraste? No lo vas a colocar, o qué sucedió, colega? Ambos estaban juntos, es más, a ti fue el primero que contesté, o quieres que lo coloque como post en mi blog? Espero que no lo hayas borrado, sino que tan sólo lo hayas saltado, pues como eran dos seguidos. Creo que no tiene sentido obviar un comentario elegante y que no subestima tus palabras, ni daña tu post, al contrario, lo que sí me parece es que el tuyo es reduccionista, aunque me resulta más simpático el de Odette, que lo estima, pero le endilga su mariconería, a su estilo, y claro que es amanerado el texto Los Zapaticos de Rosa, de Martí, pero es que conlleva una censura clasista implícita, y ésa es la lectura que yo les propongo, una adulta, y otra para niños, de tal modo que verán cómo encaja esa pieza en La Edad de Oro. Quien conozca y haya leído algo de lo que se puplicaba por entonces, en materia literaria infantil, ésta es una joya de la literatura infantil cubana universal.

JOSÁN CABALLERO dijo...

Discúlpeme, Anónimo, en mi comentario está puesto "saber que lo digo", cuando debia decir "saber lo que digo". Y al señor José Luis, lo apoyaba y comentaba en el mismo mensaje a Camilo, que no sé por qué no aparece en esta entrada. Espero que pueda enmendarse dicha falta, pues debe haber sido un salto, y no una censura explícita del moderador, si lo hubiere, que aún creo que no.

Raúl Jorge dijo...

Yo no trago tu martianismo, que no supera el más común de los lugares (todo aquello del Martí "más creíble" que "nos impulsa", etc.), y puedo coger uno de tus textos -cualquiera- para poner ejemplo no sólo de ridiculez, sino de todo lo que no se debe hacer en poesía (aun después de "Los zapaticos de rosa"). Ten más a menudo la mala idea de ser honesto y la peor aún de reconocer que, a fuerza de ser todo lo humano que un hombre puede ser, llega a hacerse "sagrado", esto es, algo ante lo cual "los otros" -incluso tú- deberíamos al menos guardar silencio (Wittgenstein). Ridículo y frívolo y snob es todo aquel que como tú y todos los fatuos que en el mundo han sido posan de iconoclastas y ultracríticos. Me importa un comino el museo de cera adonde fuiste a encender tu fosforito "chispa" (¿te acuerdas?), lo que lamento es cuánto de lo que dices me suena a un montaner o a una zoez valdés... que sencillamente cambiados por mierda se pierde el envase.
Como es muy probable que no tengas la mala idea de ser valiente para publicar este comentario, lo voy a conservar (guardado en un cristal) para quién sabe cuándo...

Anónimo dijo...

Cuando era niña no me gustaba el poema pues la parte final de los "zapaticos en un cristal" me entristecia al imaginarme a la niña enferma muerta.

Anónimo dijo...

Será por eso que nadie compra tus libros!! Mejor dedícate a otra cosa, porque como gerente de contenido... estás jodido mi hermano.

Anónimo dijo...

El tren que pasaba por Aguas Claras. (Salvador Lemis. Holguín.)
Por el costado de la casa de mi abuela Iluminada Engracia “Chicha” y mi abuelo Ladislao Pérez “Lao” pasaba un tren. Era como un tren fantasma, pues casi nunca lo veíamos. O un día dejó de pasar y no nos avisaron, de modo que el terraplén se fue llenando de una hierba verdísima y los rieles se hundieron lentamente. Eso que cuento sucedía en Aguas Claras, a la que también llamaban Jesús María y otros Cerro Verde. Tres nombres para un solo sitio allá en Holguín, en la maltrecha Isla de Cuba. El mismo sitio que describe Reynaldo Arenas en algunas de sus alucinaciones de infancia: mayales, portillos, guareao, judíos, guásimas, garzas blancas, guayabales, horcones, mangales, bohíos, platanales, copetúas, romerillo, tamales, casabe, aguardiente, taburetes, tabaco, pimpinillo… Me gustaba ir con mi hermano Leoneris a buscar clavos de línea enterrados entre las piedras blancas, terrones con que hacían la tierra para cernir los pisos de las casas. Mis tres tías: Noemí, Marta y Sara, no nos dejaban acercarnos a las vías del tren cañero. Y contaban una anécdota de un guajiro que amarró su vaca al tren y la locomotora arrastró a la res que mugía como cristiana. Ese tren ya no atravesó más el paraíso de mis abuelos hasta el paradero de Jesús María, pero sigue transcurriendo en mi memoria de niño viejo… arrastrando todo el dolor de lo perdido, que muge y muge sin remedio hacia no se sabe dónde ni hasta cuándo./

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo cien por ciento con Camilo. Detesto a los que sacralizan y elevan en pedestales a los hombres ignorando que todo es criticable, observable, enjuiciable, narrable, deconstruíble, pasajero... Harto de todo positivismo y lógica prefiero loo conversacional, lo cibernético, lo socioconstruccionista, lo posmoderno y lo ultramoderno.
Por Grandes Sacralizadores del descaro Humano es que está el planeta como está. Camilo tiene el derecho humano y el derecho astral para escribir lo que le dé la gana, opinar lo que le dé la gana y criticar lo que desee. El que quiera dar cátedra desde la Universidad Moderna que quiera que lo haga: hacer un Blog es GRATIS.
LEMIS.

Josan Caballero dijo...

Qué pasa, Camilo? Te dejé este mensaje ayer, y no lo has puesto, ni tampoco el otro que me censuraste. Es así, o qué pasa, amigo, estás de viaje?

Hola, Camilo, que pasó con mi comentario anterior al que le hice al Anónimo, que fue exactamente contigo y sobre este tema, mucho más interesante y largo que el primero. Qué, me lo censuraste? No lo vas a colocar, o qué sucedió, colega? Ambos estaban juntos, es más, a ti fue el primero que contesté, o quieres que lo coloque como post en mi blog? Espero que no lo hayas borrado, sino que tan sólo lo hayas saltado, pues como eran dos seguidos. Creo que no tiene sentido obviar un comentario elegante y que no subestima tus palabras, ni daña tu post, al contrario, lo que sí me parece es que el tuyo es reduccionista, aunque me resulta más simpático el de Odette, que lo estima, pero le endilga su mariconería, a su estilo, y claro que es amanerado el texto Los Zapaticos de Rosa, de Martí, pero es que conlleva una censura clasista implícita, y ésa es la lectura que yo les propongo, una adulta, y otra para niños, de tal modo que verán cómo encaja esa pieza en La Edad de Oro. Quien conozca y haya leído algo de lo que se puplicaba por entonces, en materia literaria infantil, ésta es una joya de la literatura infantil cubana universal.

Camilo Venegas dijo...

Raúl Jorge, solo por un repudio como el tuyo valió la pena escribir un texto como el mío. Como Alberto el militar, echo mi bote a la mar, demasiado satisfecho.

Rodrigo Kuang dijo...

Silvio, a quien citas en el título de tu entrada, también tuvo sus deslices. ¿Recuerdas "quién se comió mi africana"?...
Mi herma, yo no estudié en tantas universidades como uno de tus comentaristas, sólo en una, así que quizás mi apreciación no pase por otro tamiz que no sea el de la cubanidad y el amor a la literatura martiana. Y allá en ese instituto precisamente tuve un bateo, allá a fines de los ochenta, cuando escribí en un examen que "La adúltera" era un bodrio. Tu prima debe acordarse de eso. El único que me defendió fue el maestro Rine Leal, quien dijo que el teatro no era el fuerte de Martí, en medio de una obra mastodóntica de tantas aristas. Y si bien "Amor con amor se paga" es mejorcita, tampoco llega a la excelencia de su obra poética más compleja, tanto los versos en métrica como los libres. Lo que ocurre es que "Los Zapaticos de rosa" son versos facilones, hechos para niños bitongos, sólo comparables en cursilería a los otros zapaticos, los blancos de Nemesia, y al folletín más lacrimoso que, como dices, ya incluso en esa época estaba sobrepasado.
El hecho de que los escribiese así no demerita en nada al genio descomunal de José Martí. Por el contrario, nos devuelven su arcoiris humano. Quizás el amigo de las muchas universidades no sepa que Martí era un ser humano, que era presumido y complejista, al punto de que jamás sonreía en las fotos por faltarle un diente.

JOSÁN CABALLERO dijo...

Oye, Camilo, te he dejado tres mensajes y nos los has puesto, tan sólo el segundo de ellos, el menos mortífero. La verdad, compadre, no sabía que tuvieras que moderar tu blog y eliminar mensajes. Te tenía por una persona honesta y con gran talento, pero con estos truenos, quién duerme. De veras que lo estoy poniendo, me lo dicen dos meses atrás, y no lo creo, una actitud menorísima. Veremos a ver si también lo publica Odette, a quién se lo comuniqué hace unas horas, pero igualmente lo guardé, ya que están pasando cada cosa en algunos blogs de la blogosfera, que te quedas loco. La verdad, Camilín, veré hasta mañana, a ver si no los publicas, sino te dedicaré un post memorable, pues no entiendo por qué hiciste eso, ya que lo que te comenté sobre Martí no te ofendía en nada, la verdad, o sí? Entonces dímelo, pero no coartes los mensajes, eso no se hace nunca, prediquemos con el ejemplo.

JOSÁN CABALLERO dijo...

Camilo, te exijo una respuesta sobre el pertinente. Si es que borraste el primero, y aprobaste sólo el segundo, acéptalo y escríbeme, pues todos debemos respeto, y en materia de comentarios y entradas en los blogs, más todavía. Aquí te dejo ambos que te he enviado y no has colocado, y falta, por supuesto, el primero de todos, anterior al incluído acá sobre el Anónimo, el que hablaba a José Luis y a ti. Creo que esto es importante, colega, en ningún momento he querido amenazarte con la publicación en mi blog, pero es que me parece inaudito lo que estás haciendo.

Hola, Camilo, que pasó con mi comentario anterior al que le hice al Anónimo, que fue exactamente contigo y sobre este tema, mucho más interesante y largo que el primero. Qué, me lo censuraste? No lo vas a colocar, o qué sucedió, colega? Ambos estaban juntos, es más, a ti fue el primero que contesté, o quieres que lo coloque como post en mi blog? Espero que no lo hayas borrado, sino que tan sólo lo hayas saltado, pues como eran dos seguidos. Creo que no tiene sentido obviar un comentario elegante y que no subestima tus palabras, ni daña tu post, al contrario, lo que sí me parece es que el tuyo es reduccionista, aunque me resulta más simpático el de Odette, que lo estima, pero le endilga su mariconería, a su estilo, y claro que es amanerado el texto Los Zapaticos de Rosa, de Martí, pero es que conlleva una censura clasista implícita, y ésa es la lectura que yo les propongo, una adulta, y otra para niños, de tal modo que verán cómo encaja esa pieza en La Edad de Oro. Quien conozca y haya leído algo de lo que se puplicaba por entonces, en materia literaria infantil, ésta es una joya de la literatura infantil cubana universal.

Oye, Camilo, te he dejado tres mensajes y no los has puesto, tan sólo el segundo de ellos, el menos mortífero. La verdad, compadre, no sabía que tuvieras que moderar tu blog y eliminar mensajes. Te tenía por una persona honesta y con gran talento, pero con estos truenos, quién duerme. De veras que lo estoy poniendo, me lo dicen dos meses atrás, y no lo creo, una actitud menorísima. Veremos a ver si también lo publica Odette, a quién se lo comuniqué hace unas horas, pero igualmente lo guardé, ya que están pasando cada cosa en algunos blogs de la blogosfera, que te quedas loco. La verdad, Camilín, veré hasta mañana, a ver si no los publicas, sino te dedicaré un post memorable, pues no entiendo por qué hiciste eso, ya que lo que te comenté sobre Martí no te ofendía en nada, la verdad, o sí? Entonces dímelo, pero no coartes los mensajes, eso no se hace nunca, prediquemos con el ejemplo.

Angela dijo...

Camilo tu blog es uno de mis lirbos de cabecera. Jajajajajaja. Me llama la atención como hay cubanos que se sienten atacados cuando dices tus puntos de vista, esa es la verdadera herencia del castrismo, ese fundamentalismo de que o estás conmigo o contra mí. Muchas felicidades, escribes muy bien, demasiado bien.

Anónimo dijo...

Mis azares sin son tus causas, Camilo. Te felicito por este blog tan bueno y con ilustraciones tan lindas.

J. Ernesto Aneiros dijo...

Hola Camilo, soy un simple programador de computadoras, así que sólo con el ánimo de aprender: por qué te parece ridículo el texto martiano?

Camilo Venegas dijo...

Josan, francamente no entiendo el enredo que has armado con los comentarios. Ya no sé qué dijiste ni cuándo lo dijiste. Me llegan por todos lados y algunos han ido a parar hasta el email de Odette Alonso. Recuerda que El Fogonero es un divertimento personal y no un medio de comunicación oficial o una dependencia de algo. Me encanta que pongan comentarios, a favor o en contra de lo que digo. Los disfruto más que a mis propios textos. Ahora, de ahí a que presumas que yo te falto el respeto al no publicar de inmediato algo que me mandas hay un trecho enorme. ¡Es mi blog, compadre! Esto no es algo que me gané en un trabajo voluntario ni un privilegio que me otorgaron en la UNEAC. Es una cosa gratis que puede tener todo el que le de la gana. Eso es lo bueno de la Web 2.0, que se acabaron los monólogos y el pensamiento único, aquí todos decimos lo que querramos sin pagar ni una consecuencia que no sea ganar o perder interlocutores. No había subido tus comentarios porque estuve todo el día fuera de la ciudad. ;Mira eso, hasta excusas te doy. ¡Coño, asere, afloja!

JOSÁN CABALLERO dijo...

Amigo y colega Camilo, lo dejo a tu conciencia y tu criterio de veracidad, revelar cómo fue o no, y tú lo sabes bien, pues cuando comencé a pedirte de favor, no protestar, sobre el primero comentario que te mandé, que era el de las 2:46, y sin embargo habías incluido el de las 2:52 a.m., sin haber colocado éste. He ahí el motivo de mi alarma, y por el que te mandé innumerables mensajes, apuntando a aquél, e incluso pasaron varios días para que lo hicieras, y colocaras un post, semejando una arenga o disculpa en torno al tema. No importa, compadre, como dices, recuerda que blogueros somos y en los blogs andamos, y aunque te reitero que eres un gran creador, y tu blog se halla entre los que sigo, no tenías que armar esto tú, no yo. Claro que este blog no te lo ganaste en un premio o te lo cedieron los miembros de la UNEAC, pero si muchos de los que criticamos se condujeran como tú lo hiciste en este caso, pues dejarían mucho que decir y desear. Además, pregúntale a Odette misma, desde cuándo le envié el primer mensaje para publicarlo, cuando yo podía hacerlo en mi blog, pues aún sucediendo, no entendía que eso estuviera pasando contigo. De todos modos, ahí están todos los mensajes ahora, queda a tus lectores o a los que deseen, darse cuenta que el comentario mencionado, está colocado ahora en su justo sitio, pero luego de casi cinco días, cuando el único que estaba era el que tiene la hora 2:52 AM., y no el anterior, del cual yo hablaba. Con este dato se corrobora todo, no lo duden. Nadie cayó, ni murió por eso, pero eso sí es funesto, hermano. Por sus actos conocemos a los hombres, agradezco en Odette que hasta me escribió a mi correo personal, e incluso trató de darme una satisfacción especial. Gracias, aún así, por tu civismo de colocarlo, a pesar del tiempo transcurrido. Con el coño y todo, te lo acepto, monina.

Anónimo dijo...

un psiquiatra pa YOSAN CABALLERO, caballeros por favor.loco de m...
deja tu paranoia guardada en un cristal junto con los zapaticos de rosa

JOSÁN CABALLERO dijo...

Por eso es que estamos como estamos, anónimo, léete bien mi primer comentario sobre el tema, para ver si estoy paranoico o psiquiátrico. Ahora resulta ser que de amigo y colega de Camilo y algunos otros de este blog, pasé a contrario, talibán y algunas otras cosas. Es que la DISCUSIÓN civilizada y con argumentos, siempre termina para ustedes en que uno es un desquiciado y un loco, claro, porque hay que comentar con argumentos, y el que no esté de acuerdo con los de Camilo, u otros sobre tema literario infantil, no quiere decir que ambos tengamos nuestras razones, e incluso que los suyos, aunque valederos, no estén tan bien sustentados como los míos. Lo importante es que no hay que censurar a nadie, y de eso sencillamente estaba hablando yo, cuando no los incluía. Revise los materiales y verá.

J. Ernesto Aneiros dijo...

Por qué las personas se ofenden cuando no coinciden sus criterios? No se supone que al ser intelectuales sean personas que han cultivado su espíritu? Puede alguien presumir de tener la verdad? Es una pena. Si no coincido con algo de lo que escribe Camilo nada me da el derecho de ofenderlo, ni a él ni a nadie. Admiran a Martí y se olvidan que de él es la frase "con todos y para el bien de todos". Yo creo que lo que nos pasa es que necesitamos ser más hacedores que creadores. Qué tengan un buen día. Time to go to work.

Yamil Cuéllar dijo...

Candela! Camilo tremendo enredo de comentarios. Nunca uso el anonimato, me parece pura cobardía esconderse y lo menciono porque siempre lo veo en manos de la gente que ataca, es como el que pincha en la oscuridad. Una buena discusión se puede tener cara a cara. La gente usa a Martí para lo que le conviene. Que si era curda, que si gay, que si... en fin, que poco han leído del hombre para caminar encima de él, pero así es el mundo y un blog aguanta más que el papel. Sobre los zapatos: yo discrepo con tu criterio. La Edad de Oro se caracteriza en mi modesta opinión por un estilo muy humano y veo el poema mucho más creativo que la actual poesía infantil. La última palabra la tienen aquellos a quien va dirigido el poema. Un saludo cordial.

Aleisa Ribalta dijo...

La Edad de oro, y los Zapaticos, no son nada ridículos, en mi criterio, pero cada cual tiene el suyo. El hombre más grande q nació en Cuba, los aceptaría sin tanto jaleo, como el q se ha armado aquí. Los anónimos no sólo son ridículos sino despreciables, Coincido con mi anterior comentarista en q habrá q preguntarle a los niños q creen del poema, pq para ellos fue escrito. Y cdo lo fuimos, por lo menos a mí me encantó. Crecer es renegar de mucha literatura, pq nos cambia las ideas y los gustos, pero hay urnas de cristal(qué transparentes) q no se tocan de adultos, ahí se guardan para siempre los eternos tesoros de un Martí, un Andersen, una Mirta Aguirre, un Lewis Carrol(independientemente de q ahora creammos q era un pedófilo), y muchos más. Los niños somos lectores honestos, los adultos críticos insatisfechos q nos creeemos q sabemos de todo.
De todos formas estoy con Camilo, el blog es suyo, y aqui el dice lo q le dé la gana!