CV
¿Acaso no matan a los caballos?
H. Mc
(Inspirado por el post: “Salinger no pudo seguir siendo
el guardián de Salinger”) de Camilo Venegas
Si un cuerpo atrapa a otro cuerpo al ir por un trigal…
de saber si asomaste contra la espiga
escondido en esos laberintos
improvisados, de bruces al cielo
con la espalda en la humedad del abandono
de guardián que cayó tras sus orejas
y lejos, muy lejos padecía;
de saber que eras mi guardián en el centeno
que aún era un adolescente y me babeaba
sin que me entendieran
cuando me iba alejando de los próceres de la familia
y cuando anidaba como un pájaro
y la paja seca me encendía los ojos
y miraba por ello cuan dulce era mi abismo.
Era entonces mitad Seymour Glass
antes del regreso
y Tom Sawyer con Becky en la cueva:
pez, plátano, humo, temblor,
ante sus muslos colgados
en el andén del pueblo;
al menos un sueño que tenía
por muchos años mientras patinaba sobre el hielo
el imposible hielo de mis días
pudriendo.
Ahora río ante un negro taxista
en el amarillo desde donde refleja
esa pregunta absurda
¿adónde se van los pasos de un muerto
con los pies de bañista
a punta de un revolver en la cabeza?
¿Dónde van las flores marchitas
después que en los funerales las mostraron
como putas ardientes de cualquier ceremonia?
y los patos, que no cisnes, los patos…
¿adónde van los patos
que pasaron en vuelos rasantes por mi ombligo?;
el patio del colegio la nariz que sangra
y el absurdo de masturbarse de la fiebre
como si no fuera justo salvarnos antes del alba.
De saber que es cierto si también matan a los caballos
nunca me hubiese detenido
ante la ruleta rusa
esa historia tan honda de llorar cuando me río
fuera de alguna de las tuyas desde donde espías
largas noches en vela
uno a uno en la grieta de los labios
parados con estirpe, como boca de cazador
y la ceniza contra el piso
las manos en la pared
mientras escucho sobre el techo de la casa
a los hijos de mis vecinos
dibujados tal vez en los caminos ocultos
como guardianes del sereno
usados en contra de su soledad
sin dejarme dormir
como si un látigo marcara mis fatigas.
Juan Carlos Recio
NY/ Viernes 29 de Enero del 2010
2 comentarios:
Bueno, no me hago el sorprendido, pero lo increíble es verlo publicado en tu blog, Arístides fue quien me dió el aviso y en fin te lo agradezco, por El Guardián del Centeno.
Esto es bien bueno, gracias amigos...en esa bendición de tenerlos y hacer mis días
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