El Sábado del Libro, es una actividad que celebra el Instituto Cubano del Libro desde hace décadas. A la sombra de un portal, los escritores dialogan con sus lectores, con los curiosos y hasta con los transeúntes. El sábado pasado el invitado fue Ángel Santiesteban, quien presentó su libro Dichosos los que lloran, Premio Casa de las Américas 2006 de Cuento.
Todas los relatos que Santiesteban reúne en ese volumen, suceden dentro de las cárceles cubanas y todos sus personajes están encerrados entre cuatro paredes que no tienen salida al futuro.
Estas fueron las única palabras que dijo el escritor:
"Buenos días. Agradezco a quienes han acudido a esta presentación. Vale reconocer en especial a mis amigos y hermanos, pues el estar aquí se lo debo a ellos. Preciso es confesar que cuando titubee en venir, insistieron en que no podía abandonar mi libro. Tenía que acompañarlo en este momento y, como siempre he hecho con cada uno de estos hijos en papel, compartir su suerte o su desgracia.
Este libro, al igual que los anteriores, trata temas difíciles. Definitivamente parece que clasifico entre los escritores de temas difíciles. Sí es así, no lo soy por esnobismo, no intento llamar la atención sobre mí. La realidad ofrece, entre su total heterogéneo, una no desdeñable multiplicidad de asuntos muy complejos no tomados en cuenta siempre por los escritores. Junto a estos se hallan otros, tratados en ocasiones sólo desde alguna de sus aristas.
No busco los temas, ellos están ahí, angustiando a alguien, o a muchos, y terminan agobiando al escritor que creo ser. El proceso de escribir comienza con la inquietud ante una circunstancia o una idea que, recurrentes, me emplazan desde su necesidad de ser contadas. Por tanto si al final mis libros resultan amargos obedece a lo plural de la realidad en que vivo.
Seguiré escribiendo sobre los silencios, las miserias y los desamparos; sobre los dilemas de mi tiempo, aunque en oportunidades resulte marginado por ello. No voy a cejar en escribir. Es la manera a mi alcance de ser leal a mi tiempo y a mí mismo. A todos, mis más sinceras gracias".
Ángel Santiesteban
Todas los relatos que Santiesteban reúne en ese volumen, suceden dentro de las cárceles cubanas y todos sus personajes están encerrados entre cuatro paredes que no tienen salida al futuro.
Estas fueron las única palabras que dijo el escritor:
"Buenos días. Agradezco a quienes han acudido a esta presentación. Vale reconocer en especial a mis amigos y hermanos, pues el estar aquí se lo debo a ellos. Preciso es confesar que cuando titubee en venir, insistieron en que no podía abandonar mi libro. Tenía que acompañarlo en este momento y, como siempre he hecho con cada uno de estos hijos en papel, compartir su suerte o su desgracia.
Este libro, al igual que los anteriores, trata temas difíciles. Definitivamente parece que clasifico entre los escritores de temas difíciles. Sí es así, no lo soy por esnobismo, no intento llamar la atención sobre mí. La realidad ofrece, entre su total heterogéneo, una no desdeñable multiplicidad de asuntos muy complejos no tomados en cuenta siempre por los escritores. Junto a estos se hallan otros, tratados en ocasiones sólo desde alguna de sus aristas.
No busco los temas, ellos están ahí, angustiando a alguien, o a muchos, y terminan agobiando al escritor que creo ser. El proceso de escribir comienza con la inquietud ante una circunstancia o una idea que, recurrentes, me emplazan desde su necesidad de ser contadas. Por tanto si al final mis libros resultan amargos obedece a lo plural de la realidad en que vivo.
Seguiré escribiendo sobre los silencios, las miserias y los desamparos; sobre los dilemas de mi tiempo, aunque en oportunidades resulte marginado por ello. No voy a cejar en escribir. Es la manera a mi alcance de ser leal a mi tiempo y a mí mismo. A todos, mis más sinceras gracias".
Ángel Santiesteban
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