21 octubre 2008

Pánico y placer

Hay escritores que releo constantemente. Algunos de ellos no pueden faltar en mi equipaje. Vaya donde vaya, necesito tener al alcance de la mano algún libro de Paul Auster, Antonio Tabucchi, José Emilio Pacheco, Mario Vargas Llosa, William Faulkner, Juan Rulfo o Guillermo Cabrera Infante.
En el caso de los vivos (Auster, Tabucchi, Pacheco y Vargas Llosa), nada me entusiasma más que la noticia de una nueva obra. Durante la espera, leo todo lo que pueda sobre el libro y el tema que aborda. Empiezo a armar el rompecabezas antes de tener las piezas delante.
La publicación de La ninfa inconstante, una novela póstuma de Guillermo Cabrera Infante, me ha devuelto a ese estado de pánico y placer que me produce la cercanía de una novedad. Cuando ya lo creíamos imposible, Cabrera Infante nos ha devuelto a su Habana, la única de todas que con toda certeza será indestructible.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de leer La Ninfa Inconstante y senti ese mismo panico del que hablas. Se nos esta acabando Guillermito, pero de momento esta de nuevo con nosotros ---y nos ha devuelto La Habana y de paso un lenguaje hasta tierno y lleno de amor y ´pureza´ por sus recuerdos y su ciudad, el que -como lo conoci mucho- era una parte de si que escondia con cierto pudor.

Mari Rodriguez Ichaso, New York

Anónimo dijo...

Camilo: Comparto tu sentimiento. Guillermo Cabrera Infante me hace sentir orgullo de "ser" cubana, a lo Maximo Gomez! Ser antillana, como ellos, como Marti, como Hostos, como tú.

El Conductor dijo...

En Tercera Velocidad declaramos la guerra de forma oficial al encapuchado:

http://terceravelocidad.blogspot.com/2008/10/tirofijo-no-va-ms.html

Ya estamos en conteo regresivo...