Mientras
fui niño, ella era la voz de algunas de las canciones más bellas que había
oído. Su guitarra eran parte del sonido que nos acompañaba por las tardes,
a la hora en que los sueños sucedían dentro de una pequeña pantalla en blanco y
negro.
Ya
estudiaba en la Escuela Nacional de Arte (ENA), cuando Salvador Lemis me
propuso ir a conocerla al Parque Lenin. Eran los primeros años de los 80 y, con
toda seguridad, una mañana de domingo. Cuando llegamos a la especie de gruta
donde ocurría su Peña, ella estaba enfundada en un poncho y cantaba una canción
muy triste.
No
fue hasta entonces que entendí el gran privilegio que había tenido. Las dos
primeras canciones que me aprendí en mi vida, “El brujito de Gulubú” y
“El gatico Vinagrito”, eran obras de dos seres que admiraría por el resto de mi
vida: María Elena Walsh y Teresita Fernández.
Tuve
tan buena fortuna, que conocí a Teresita y conversé muchas veces con ella. Cada
vez que nos encontrábamos, yo trataba de hablar lo menos posible. Siempre prefería
escucharla proferir historias, poemas y canciones. Wichy García Fuentes* fue quien me dio la
noticia de su muerte. Lo hizo con una hermosa frase de despedida en Facebook.
Aunque
puse que me gustaba, en verdad quería decir que me dolía. Mi hija Ana Rosario,
que ya tiene 20 años, me escribió desde Madrid, Acaba de advertir que se sabía
muchas de sus canciones. A María, que solo tiene 7 años, no le dijimos nada.
Solo le volvimos a poner una de sus rondas para que la siguiera tarareando.
Alguien que es cantado por los niños no puede estar muerto. Por eso Teresita aún vive. Gracias a su música, ella y nosotros seguimos siendo parte de aquel sueño que llegó a parecernos realidad. Recuerdo que sucedía en blanco y negro, dentro de una pequeña pantalla.
*Post de Wichy García Fuentes en su muro de Facebook:
"Ha muerto Teresita Fernández. Se fue la señora de los gatos y los perros, la abuela de todos los niños cubanos de cualquier edad, la voz que nos cantó mientras crecíamos, la dueña de 'Vinagrito', 'El ratoncito del farol', 'Tin tin, la lluvia cayó', 'Vicaria la lechucita' y esa joya de todos los tiempos, 'Lo feo'. Teresita, en una palangana vieja sembraremos violetas para ti".
Alguien que es cantado por los niños no puede estar muerto. Por eso Teresita aún vive. Gracias a su música, ella y nosotros seguimos siendo parte de aquel sueño que llegó a parecernos realidad. Recuerdo que sucedía en blanco y negro, dentro de una pequeña pantalla.
*Post de Wichy García Fuentes en su muro de Facebook:
"Ha muerto Teresita Fernández. Se fue la señora de los gatos y los perros, la abuela de todos los niños cubanos de cualquier edad, la voz que nos cantó mientras crecíamos, la dueña de 'Vinagrito', 'El ratoncito del farol', 'Tin tin, la lluvia cayó', 'Vicaria la lechucita' y esa joya de todos los tiempos, 'Lo feo'. Teresita, en una palangana vieja sembraremos violetas para ti".
3 comentarios:
Asere, apretaste. Ella se merece un texto así.
Teresita, ahora ira a cantarle a los angeles..,,,
¡Muy lindo Camilo! ¡Me emocioné con este! Siento lo mismo. Esas canciones forman parte de mi vida. Si desde aquí pudiera entrar a Youtube hubiera pasado la noche oyendo canciones de Teresita. No pude, pero este artículo tuyo me reconcilió con esa imposibilidad y, de verdad, escuché a Teresita en tus líneas… Y para colmo también soy un rotundo admirador de María Elena Walsh. En buen cubano: ¡Acabaste conmigo!
Besos siempre, compañero de la ENA.
Publicar un comentario