
Pero los pocos cubanos que se las ingenian para acceder a la red, lograron un increíble efecto multiplicador de la noticia. De nada valió que se reprimiera a los opositores para que no asistieran al sepelio de Orlando, poco importó el cerco sobre Banes, ni siquiera que a los corresponsales extranjeros se les impidiera viajar al Oriente del país. La muerte del prisionero de conciencia estremeció al mundo y se convirtió en una condena silenciosa pero contundente contra el oprobioso régimen.
Enrique Ubieta Gómez fue quien se prestó para ofrecer la excusa oficial: era un delincuente, no un héroe. En verdad se hace muy difícil oponerse al fidelismo sin perder la honra en el intento. De una manera o de otra, los perseguidores cubanos se las ingenian para hacer mella en la dignidad de su oponente, para descalificarlo ante el mundo. Justo un “amigo” de Ubieta “se tomó el trabajo de revisar la gran prensa digital, para definir el origen de la campaña mediática contra Cuba, a propósito de la muerte de Zapata Tamayo”.
Según Ubieta, “el resultado es revelador; de 100 titulares de prensa en el mundo referidos a este suceso, 93 proceden de dos países: España (52) y Estados Unidos (41). En el caso de España, de esos 52 titulares, 14 pertenecen a El País, 12 a El Mundo y 12 a ABC. Los restantes se distribuyen en otros nueve medios. En Estados Unidos, de los 41 titulares, se publicaron 24 en la prensa hispana (11 de ellos en El Nuevo Herald y 7 en el Diario de las Américas) y 17 en la anglosajona, repartidos en 5 medios, aunque solo en The Miami Herald aparecieron 11”.
Después de ese pormenorizado desglose estadístico, digno de Pestana (el mítico personaje que contabiliza la historia del béisbol cubano hombre a hombre, acción tras acción), Ubieta hace una advertencia: “No incluimos en esta lista, por supuesto, a los blogs” (ni Facebook, ni Twitter, agregaría yo). Eso explica la inutilidad de su ejercicio anterior. Él, como el gobierno que le mueve como a una marioneta, no entiende que el impacto de la Web 2.0 solo es comparable con la revolución industrial.
El texto de Ubieta que el Granma publicó, antes había sido posteado en su blog. No hubo que cambiarle ni media palabra, fue escrito en la misma horma, esa que ignora cuánto han cambiado las comunicaciones en los últimos 5 años. Los mercadólogos actuales apuestan a las redes sociales por encima de los medios tradicionales. El Gobierno cubano (y con él el inefable Ubieta) apuestan a las reglas del juego que estaban vigentes cuando sus líderes (hoy octogenarios todos) ascendieron al poder. Eso explica por qué están perdiendo también la batalla mediática.