17 febrero 2023

Antonio Acuña 5


En esta puerta, Antonio Acuña 5, me encontré con Gastón Baquero en el verano de 1993. Fuimos a comer no lejos de ahí, el primer pulpo a la gallega de mi vida. De regreso, después de atravesar un laberinto de libros, me brindó queso con dulce de guayaba.
Reconstruí los hechos para Diana. Repetí todo el recorrido que hicimos por Madrid y me detuve en el lugar exacto en el que él levantó su bastón para señalarme: “¡Don Camilo!”, me dijo antes de que nos diéramos el primer abrazo. Por una semana comimos juntos.
Afuera hay una tarja del Ayuntamiento de Madrid donde se lee: “En esta casa vivió de 1971 a 1995 el poeta cubano Gastón Baquero y en ella escribió gran parte de su obra”. Toqué a la puerta. Me fui con la esperanza de que Gastón pudo oírme. También le seguí buscando por los alrededores.

El catador de croquetas


Me considero un catador de croquetas. Algunos de los momentos más placenteros de mi infancia están estrechamente vinculados a ellas. Mi memoria sensorial le debe infinidad de recuerdos de los que quisiera no deshacerme nunca. Me las brindaron en platos, con pan, en cajitas de cartón y hasta en las manos.
Si hay croquetas, no sé, pero no puedo dejar de pedirlas. Nunca me importa su pedigrí ni sus ingredientes (declarados o encubiertos). Me dejo engañar con facilidad si de croquetas se trata, creo que una inocencia desconcertante en la promesa de esos empaques que presentan fotos increíbles del producto.
Ayer probamos las croquetas de jamón de Bibo, el restaurante de Dani García, el chef español que ha merecido ya tres estrellas Michelin. Venían servidas en la palma de una mano. Extendí la mía hasta ellas con la emoción de quien va a tocar algo que nunca se imaginó merecería.
Le dedico esa experiencia a todas las croquetas humildes que me he comido en mi vida, a esas que me fueron aliviando el hambre por gran parte de la geografía cubana. Sobre todo a las de la cafetería San Carlos de Cienfuegos, por donde nunca fui capaz de pasar sin pedir unas al plato.

15 febrero 2023

El Caso Padilla, la película


Gracias a varios amigos, que casi al mismo tiempo me la enviaron, por fin puede ver El Caso Padilla (Pavel Giroud, 2022). Empecé a verla sobre la mesa, mientras cenaba, con la intención de luego irme a la cama y terminarla allí. Pero no me pude mover del lugar.
Poder ponerle rostros, gestos, expresiones, tonos y hasta sudores a lo que ya había leído en una vieja revista Casa y a lo que oí de los que estuvieron allí, fue sobrecogedor. Nada como escuchar el tono en el que se dijo cada cosa, las voces apagadas, los silencios… hasta el miedo se oía en aquel lugar.
Creo que ese espacio de la UNEAC, antes de ser un salón de actos, fue un garaje. Pero de todos sus usos el más vergonzoso fue el que le dieron el 27 de abril de 1971, cuando el poeta Heberto Padilla fue obligado a declararse culpable del delito de pensar diferente y a denunciar a sus mejores amigos y a su esposa.
Tanto la película conseguida por Pavel como el testimonio que ella recoge tienen un valor incalculable. Pero mi primera impresión no fue esa. Antes de reconocer la importancia de lo que acababa de ver, sentí un gran alivio por estar a 7,457 kilómetros de todo eso.

14 febrero 2023

Sigo enamorado de todas sus cosas


Ella es mi locomotora, mi tren, con quien comparto todos mis viajes (ya sean de ida, de vuelta, en círculos o sin moverme del lugar). Es en quien primero pienso cuando se necesita un milagro y a quien primero abrazo si algo me sale bien (cada vez que logro ser un tilín mejor se debe a ella). 
Dice que siempre me estuvo buscando y que, por culpa de lo distraído que soy, tardé 44 años en encontrarla. Desde entonces soy suyo. Sin ella, me bajaría en la próxima estación. Porque el verdadero sentido de mi viaje es compartirlo con esos ojos que siempre me encandilan.
Cuando no estamos juntos le echo de menos hasta sus regaños. Creo que no hay mayor prueba de que sigo enamorado de todas sus cosas (para decirlo como en esa canción de Calamaro que tanto nos gusta y que nos siguió a todas partes en las primeras semanas de nuestro noviazgo). 
Aunque para mí todos los días son este día, no puedo pasarlo por alto: ¡Felicidades, mi amor!

12 febrero 2023

Sobre Madrid y la libertad


I.
A propósito de la libertad que se vive hoy en Madrid, Fernado Savater tuvo una de sus acostumbradas crisis de lucidez y afirmó que "libertad es poder ser diferente sin temor". Esa es una de las razones por la que disfrutamos tanto esta ciudad.



II.
Me fascinan los torreznos de Soria, que es la manera más deliciosa de hacer chicharrones. En Leomar, un restaurante que está en Madrid Río, junto al Manzanares, los torreznos son increíbles y el dueño se dio cuenta de que yo siempre los pido. 
Ayer, cuando nos sentamos para comer el plato del día (migas con huevo y codillo), él hizo que el camarero fuera a nuestra mesa y le dijo: "cada vez que este señor entre por esa puerta, le pones un plato de torreznos y después averiguas qué quiere". 
Me sentí más importante que Mario Vargas Llosa cuando supo que ingresaría en la Academia Francesa.

02 febrero 2023

La Compostela de Raúl y Luis Orlando

(Introducción al libro Nuestro Camino de Santiago, dos cubanos y una curazoleña por Galicia, de Raúl Gonguer)

Los libros de viaje son, probablemente, el único género literario que no fue creado por escritores sino por personas llenas de asombro que se sintieron en la obligación de contar sus trayectos. Así fue cómo algunos diarios de grandes navegantes se convirtieron en obras cumbres de la literatura universal.
El más temerario de aquellos exploradores, Cristóbal Colón, acabó escribiendo el primer libro del nuevo mundo. Su diario, lleno de exageraciones y fascinación, es una lectura al que vuelvo a cada rato. De alguna manera ahí se anuncia como sería el carácter de las culturas tan diversas que habitaríamos el Caribe.
Cada vez que Colón ponía pie en tierra, escribía que acababa de llegar al lugar más hermoso que ojos humanos habían visto. Lo dijo en La Española y lo repitió en Cuba. No escatimó adjetivos en la descripción de ambas islas, pero gracias a esos apasionados relatos empezó Nuestro Relato.
De un tiempo a esta parte me he convertido en un lector de libros de viajes. Con la misma pasión que de joven buscaba poemarios y de adulto narrativas, ahora corro a las crónicas de los viajeros en cuanto entro en las librerías. Hace poco caí en cuenta de que tenía una gran colección de volúmenes escritos por viajeros.
Esa obsesión se la debo a obras de Fredrika Bremer, Henry David Thoreau, Karen Blixen, Thor Heyerdahl, John Steinbeck, Paul Theroux y Sylvain Tesson, entre muchos otros. No puedo dejar de mencionar los Diariosde José Martí, para mí su obra cumbre y el gran libro de viajes cubano. 
Cuando Diana me dijo que Raúl González Guerra quería que yo le hiciera una breve introducción a sus crónicas del Camino de Santiago, le dije que me encantaba la idea. Era mi oportunidad de agradecerle todo lo que disfruté, en tiempo real, cada uno de sus posts que compartió en Facebook.
Raúl y su esposo, Luis Orlando Tarragó, eligieron el Camino de Santiago para celebrar sus 40 años de relación. Además de esa hermosa excusa, Raúl y Luis Orlando tuvieron la suerte de encontrar una agencia que les ofreció consejos y los asistió en la planificación del viaje “con toda amabilidad, respeto y seriedad”.
Cada página de este libro es una prueba de que nunca es tarde para emprender un nuevo camino. No solo por el trayecto, sino por el rigor con la que Luis hizo sus apuntes. Por eso el autor afirma que la verdadera peregrinación no fue hacia Santiago, sino a la vida y al amor.
Paso a paso, página a página, este libro es una fuente de inspiración para futuros peregrinos (entre los que estaremos, con toda seguridad, Diana y yo). Henry Miller dijo una vez que su destino de viaje nunca era un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas. Eso hicieron Raúl y Luis Orlando al ir a Santiago.
Viajar a la vida y al amor es su verdadera Compostela.

La Loma de Thoreau, 15 de mayo de 2022