El
sábado amaneció nublado. Cuando se está por encima de los mil metros de altura sobre el nivel del mar, las nubes te pueden dar alcance en cualquier momento. La neblina cubría todo a nuestro
alrededor, pero eso no impidió que saliéramos a caminar.
Una vez que pasamos el cementerio (un pequeño cercado
con una hermosísima mata de carolina y unas pocas cruces deshechas), avanzamos
por el camino de La Lomita con la intención de llegar por lo menos hasta la
casa del Rubio. Pero la lluvia nos obligó a retroceder.
Cuando
volvíamos a la cabaña sentimos mucho frío, abracé a Diana y enumeré las razones
esenciales por las que la amo. Para acompañar unas fotos nuestra en Facebook,
escribí al menos dos de ellas. Un centenar de amigos dijo que le gustaba. Frente
a la publicación, ella, feliz, me miró agradecida.
Pero
pocos minutos después cayó en cuenta de que mañana es 14 de febrero y entonces me
preguntó qué le iba a regalar. “Nada”, fue mi respuesta. No crean que es una
jugarreta o algún tipo de sorpresa. En verdad no tengo ningún regalo que hacerle. No
acabo de comprender el significado de ciertas fechas.
Nadie puede convencerme de que mañana debo celebrar mi amor por Diana, porque eso lo hago a diario. Tampoco mi gratitud por los amigos, trato de demostrársela cada vez que puedo. Aun así, no puedo negarles que es una buena excusa para abrir una botella de Brugal Extra Viejo. No suelo beber entre semana, pero como es el Día de los Enamorados…
Nadie puede convencerme de que mañana debo celebrar mi amor por Diana, porque eso lo hago a diario. Tampoco mi gratitud por los amigos, trato de demostrársela cada vez que puedo. Aun así, no puedo negarles que es una buena excusa para abrir una botella de Brugal Extra Viejo. No suelo beber entre semana, pero como es el Día de los Enamorados…
1 comentario:
Me encanta ver cubanos felices en este tiempo de tanta infelicidad para los cubanos.
Con ron o sin el, con regalos o sin ellos, feliz San Valentin a todos.
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