20 marzo 2013

Soy campeón por adopción


República Dominicana me ha ido devolviendo la mayoría de las cosas que Cuba me quitó o me hizo perder. Ha sido un largo proceso de adopción que aún no termina, cada día descubro nuevas razones para estar agradecido o sentir orgullo de esta media isla.
Cuando comenzó el III Clásico Mundial de Béisbol, pedí disculpas por Twitter a toda la gente que quiero en este país. El equipo Cuba estaba dirigido por Víctor Mesa, uno de los héroes de mi infancia. Jamás podría estar en contra de la Explosión Naranja o del crucense Pito Abreu, por solo citar los dos casos que más comprometen mi sentido de pertenencia.
Pero la misma noche en que Cuba cambió los boletos para San Francisco por otros de regreso a casa, me puse la gorra dominicana. A partir de ese momento no paré de celebrar. Eso, en gran medida, se debe a la capacidad gestora de Moisés Alou y al apasionado liderazgo de Tony Peña.
A pesar del ser el país que más peloteros al Big Show después de Estados Unidos, República Dominicana había sido la gran decepción de los dos primeros Clásicos. Siempre había más de una excusa, pero nada consolaba el mal sabor de las derrotas.  “¡Ya basta de pasar vergüenza!”, dijo Tony Peña el día que le entregaron el timón de la nave.
Esta es una victoria que tiene muchos nombres: Robinson Canó, Samuel Deduno, José Reyes, Edwin Encarnación, Erick Aybar y Fernando Rodney, entre muchos otros, pero se puede resumir en el de Miguel Tejada, quien es un símbolo de compromiso inconmensurable con los suyos.
Anoche, cuando la ciudad de Santo Domingo fue tomada por la alegría, me di cuenta que ese sentimiento también me pertenecía. He ganado por adopción. Dos patrias tengo yo: Cuba y la campeona.

5 comentarios:

Gustavo Luis Moré dijo...

Lindo, por mi parte bienvenido y gracias!

Anónimo dijo...

Somos dos Camilo , yo tenia en twitter que la ventaja del imigrante es tener dos selecciones nacionales de Beisbol...un abrazo

Leandro

Elías Amor dijo...

Enhorabuena, es como cuando gana España al futbol. Te entiendo. Un fuerte abrazo

Ibeth Guzmán dijo...

Que hermoso sentimiento el que expresas en este texto.
Solo se vive una vez!

Raúl Martin dijo...

¡Yo también celebré ese triunfo de mi querida DOMINICANA!
Un beso, querido Camilo.