Del otro lado del canal por el que se entra a la enorme bahía de bolsa, está el Hotel Pasacaballos y, si se avanza más en dirección a la ciudad, se hallarán los restos de los bungalows que hubo en Cayo Carenas. Se trata de un lugar donde no fue posible ni el pasado ni el futuro. El ambiente bucólico de la primera mitad del siglo XX, donde el tiempo no importaba, fue abolido por la urgencia prefabricada de los planes quinquenales.
El pequeño pueblo de pescadores sucumbió a la enorme ciudad de obreros y científicos que nunca llegó a inaugurarse. La fortaleza colonial fue tomada por las torres yugoeslavas, el célebre hotel fue vencido por el domo de hormigón armado donde jamás llegó a producirse una reacción nuclear. Sólo la manigua y el cartel han sido consistentes en el Castillo del Jagua, sólo ellos lograron imponerse. “Bienvenidos a Cuba Socialista”, dice el muro rodeado de marabú y fantasmas.
3 comentarios:
Esto me trajo muchos recuerdos. Yo trabajé en el Castillo del Jagua y viajaba todos los días en el barco de la CEN. Pasábamos por Cayo Carenas, que ya estaba en ruinas, pero no del todo destruido y comíamos minutas en la cafetería del Castillo. ¡Día por día! Ja, ja, aj... Camilo tu blog me gusta mucho, sigue escribiendo así para yo seguir viajando en el barco de la CEN por la bahía, si quieres te guardo un laito a mi lado.
La termonuclear de Juragua afortunadamente naufrago porque eso a estas alturas hubiera explotado como Chernobil me imagino a los cientificos cubanos cambiando uranio por carne de puerco o por leche en polvo. Dios cuida al inocente.
¡¡¡Pasacaballos!!! Ñoooooo asere si ese hotel hablara todos nos metemos en tremendo lio incluyéndote a ti. jajajajajajaja. Recuerda los talleres literarios y las jevitas de cienfuegos en el dancing. Ño que tiempos!!!!
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