10 noviembre 2017

Cuba sin los cubanos

La dictadura de Cuba nunca ha tenido en cuenta a los cubanos a la hora de imponer sus políticas migratorias, por eso siempre ha usado sus derechos como un arma malsana. Ni Fidel Castro ni su hermano Raúl han tratado al pueblo como un beneficiario, sino como un rehén para negociar.
Hace apenas dos semanas, el periódico Granma anunció que el régimen eliminaría la infame “habilitación” que los cubanos debían requerir para regresar a su propio país. Ofrecía, incluso, los atracaderos de la marina Hemingway y Varadero para “los ciudadanos cubanos residentes en el exterior que poseen embarcaciones de recreo”.
Lo que se anunciaba “como parte del continuo e irreversible proceso de actualización de la política migratoria del país”, no era más que una jugarreta para captar recursos justo ahora, que el gobierno de Washington ha vuelto a meter sus relaciones con La Habana en un congelador.
Apenas dos semanas después de ese anuncio, la dictadura le notificó al escritor Rolando Sánchez Mejías (Holguín, 1959) que no podía regresar a su país. La intención de su viaje era ver a su madre, una anciana de 78 años que está gravemente enferma.
En los años 80 del siglo pasado, Celia Cruz —una de las expresiones más rutilantes de nuestra cultura— también pidió viajar a Cuba por ese mismo motivo. No solo la madre, Celia también murió sin que eso fuera posible. Aunque la cantante es uno de los mayores signos de la identidad caribeña, sigue siendo ignorada en su país.
Se trata, dice Rolando Sánchez Mejías, de “ver hasta qué punto te puedes humillar, hasta qué punto uno cede”. Celia y él, como otros miles, no cedieron. Por eso Cuba se los pierde. Y esa es la mayor privación que ha tenido la isla desde 1959.
Renunciar a sus ciudadanos es aún peor que renunciar a la idea de progresar y de construir un futuro de desarrollo y bienestar. Si no hay una Cuba con todos y para el bien de todos, solo queda una Cuba sin cubanos. ¿Será ese el mayor legado que deja la revolución?

2 comentarios:

PEPECUBA dijo...

Todavía hay quien se cree los cuentos de "aperturas" y cosas por el estilo. Las habilitaciones e inhabilitaciones se gestionan por vías informales como ese triste caso que nos cuentas. Aún la gente en España no me cree cuando digo que mi generación ni sabía quien era Celia Cruz, para nosotros no existió. Y así seguirá la cosa por mucho tiempo.

Anónimo dijo...

Mi estimado amigo Camilo:
En mi caso particular hace muchos años que ya ni lo intento, para mi visitar a nuestra tierra ( Hormiguero) ya no es mi prioridad...No quiero que mis hijos vean que humillan a su padre .