03 junio 2016

Una carta de porte y un boleto de segunda clase

El 17 de mayo de 1992, mi madre me envió el armazón de hierro de la vieja máquina de coser Singer de mi abuela. La necesitaba para tener dónde apoyar la vieja máquina de escribir Underwood de mi abuelo. Ese fue mi primer escritorio. Puedo probarles aquel despacho. 
El 24 de noviembre de 1991, viajé en el mixto de Cumanayagua desde Camarones hasta Santo Domingo, donde me subí al tren de Sancti Spíritus para llegar a La Habana. Puedo probarles que hice ese trayecto. 
De lo que no conservo nada es de la próxima vez que viajé a Santo Domingo, el 30 de noviembre de 2000. Entonces fue en avión, porque había que cruzar el Paso de los Vientos. Nunca más he vuelto a viajar en tren.

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