04 enero 2015

Cuba es un país para viejos

La Jiribilla ha sido, en los últimos años, la más constante publicación digital sobre cultura hecha en Cuba. Aunque es desaforadamente oficial y, como todo lo que se publica dentro del régimen, unipartidaria, forma parte de mi rutina semanal de lecturas cubanas (que va desde el museable Granma hasta el indescriptible 5 de Septiembre, el periódico de mi provincia).
El más reciente número de La Jiribilla comienza con el dossier El peso de una isla en el amor de su pueblo, donde se le hacen tres preguntas a once intelectuales cubanos: Roberto Fernández Retamar, Fernando Martínez Heredia, Aurelio Alonso, Silvio Rodríguez, Nancy Morejón, Fernando Pérez, Oscar Zanetti, Eduardo Heras León, Isidro Rolando, Arturo Arango, Juan Carlos Cremata.
A pesar de que la revolución triunfó hace ya casi 60 años, solo se invitó a un creador nacido después de enero de 1959 (Juan Carlos Cremata, 1961). Eso no es lo peor. Entre los creadores solo hay tres (El propio Cremata, Fernando Pérez y Arturo Arango) que se mantienen produciendo obras que convidan a pensar, de alguna manera, en el futuro de Cuba.
Entonces uno se pregunta cuál fue el criterio de los editores para seleccionar a los once que debían confesar sus aspiraciones en la venidera vida en Cuba. La única respuesta posible es que, para ellos, como para los que encabezan al régimen, Cuba es un país para viejos. Por eso los jóvenes solo piesan en largarse y las madres, aun cuando tiene la garantía de que solo 4.2 de cada mil nacidos no sobrevivirán, prefieren abstenerse de parirle un corazón a esa era.
Recomiendo la lectura del dossier de La Jiribilla. Es una excelente explicación de por qué en Cuba aún los dinosaurios no han desaparecido.

2 comentarios:

Unknown dijo...

exelente

Mariposa dijo...

Con o sin dinosaurios, quiero ir a Cuba algún día. Quiero conocer tu patria, poeta.