07 noviembre 2014

El regalo de Mayitín

Mario García Haya me ha hecho muchos, muchísimos regalos. Acabo de hacer un rápido inventario en mi cabeza y llegué a un punto donde perdí la cuenta. Algunos, los más importantes, han sido intangibles; aunque no han faltado los materiales. Todos precisos, salvadores.
Mayitín me regaló la posibilidad de querer a Soraya y a María Eugenia, quienes son parte de mi familia desde hace 14 años. También gracias a él, mi hija Ana Rosario descubrió que tenía tres primos y cuatro tíos, porque él nos llevó a conocer a Julián, Abigaíl, Paloma y Juliancito.
Nos parecemos en muchas cosas, por eso Soraya bromea diciendo que somos gemelos separados al nacer. Ambos llegamos a ser obsesivamente cuidadosos y nos preocupamos mucho (a veces demasiado) por atesorar las cosas que definen a nuestras familias y nuestro origen.
Eso me ha permitido el lujo de poder apreciar la gran obra de sus padres, Mario García Joya y María Eugenia Haya –Marucha–, dos artistas fundamentales en la segunda mitad del siglo XX en Cuba. Establecer una relación familiar con esas imágenes, me ha permitido ver a mi país desde un ángulo que yo desconocía.
Junto a Mayitín he sembrado pequeñas posturas que ahora son árboles, he ensamblado innumerables muebles de Ikea y tracé sobre la hierba lo que luego sería una casa encima de una montaña. Pero si tuviera que elegir uno entre todos sus regalos, me quedaría con esta foto.
Si para él fue importante poner los pies en el Paradero de Camarones, eso quieres decir que todo lo demás tendría que suceder. Ahora, después de esa imagen y de la aparición de Diana, somos hermanos reunidos al volver.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Caramba, me alegra saber de Mayitin al cual vi nacer y crecer entre sus padres Mayito y Marucha....yo visitaba con frecuencia esa casa que era el lugar mas importante de la fotografia Cubana donde uno aprendia mucho y conocia gentes importantes del mundo de la cultura, como Gabriel Garcia Marquez, entre otros....mandale un abrazo en mi nombre.....! Ivan Canas