28 julio 2013

Mil


Este es el post número mil de El Fogonero. El primero, “El que ya no tiene que echarle leña al fuego”, fue publicado el sábado 19 de agosto de 2006. Durante los 7 años que ha durado este blog, he puesto aquí la mayoría de las cosas que he tenido ganas de compartir por escrito.
Si se pasa por cada uno de los años, quedarán al descubierto mis desaciertos y no pocas de mis imperfecciones. También podrá verse cuán diferente es el Camilo Venegas actual de el que empezó este viaje. Eso es, probablemente, lo que más me conforta.
Provengo de un país que ha permanecido inamovible en el tiempo por décadas y décadas. Atreverse a cambiar o a pensar diferente en Cuba puede verse como un delito. Solo dos ancianos se han creído en capacidad de decir o desdecir por nosotros.
En El Fogonero me digo y me desdigo muchísimas veces, pero con una libertad absoluta. Agradezco a todos los que pasan por aquí, con cierta regularidad o de vez en cuando, el impulso que me dan para seguir escribiendo.
Esta bitácora puede verse como un diario y como un ideario. Lo que soy y lo que no soy, lo que podré ser y lo que nunca seré, consta en este promedo de 142.8 entradas por año. Aquí me tienen, desde el post número uno hasta el mil.

17 comentarios:

Luis Beiro dijo...

Felicidades, Camilio, doble. Por el día de los padres y por El Fogonero, otro hijo tuyo que disfruto.

Juan Carlos Recio dijo...

Una joya.

Carlos Alberto Montaner dijo...

Buen milenario, Camilo. Enhorabuena. Los españoles tienen una frase cojonuda con la que terminan algunas discusiones: me contradigo, ¿y qué? Un abrazo.

Blanca Acosta dijo...

Camilo, a lo largo de loa anos nos has dado Buena lectura. !Felicidades!

Aramís Quintero dijo...

Felicidades, Camilo, por haber llegado a tu post MIL. La estancia "afuera" ha permitido tantas cosas!
No sé si alguna vez trajiste a cuento este poema de Eliseo Diego que seguramente recuerdas. De todos modos te lo mando.

Los trenes

¿Adónde han ido los trenes
llenos de fama y poder,
cuya elocuencia fue ayer
la gloria de los andenes?
Cuando por la tarde vienes
cruzando el año perdido,
¡cómo extrañas el silbido
anhelante, noticioso,
que desdeñaba el reposo
y majestad del olvido!

Un abrazo,

Thelma Castán dijo...

¡Felicidades!

Belkis Cuza Malé dijo...

Gracias por compartir tus vivencias, únicas, como la de todo ser humano. Que no se detengan estas crónicas.
Muchas bendiciones,

Mario Rivadulla dijo...

Felicitaciones, Camilo. Espero que tu tren nunca descarrile como acaba de
ocurrir en España.
Un fuerte abrazo.

José Báez Guerrero dijo...

Mil abrazos, Camilo.

Jorge Luis Arcos dijo...

Felicidades Camilo, he seguido tu blog desde el inicio, ya es una agradable costumbre leerlo. Gracias, un fuerte abrazo, Yoyi.

Ana Vargas dijo...

¡Felicidades, Camilo! Durante años, ha sido un placer y un lazo que me une a nuestras cosas, poder leer tus post. Manténme por siempre en la cofradía.

Orlando González Yero dijo...

Muchacho, te felicito de todo corazón. Pienso que estos años te han dado una madurez que te permite vislumbrar el presente y analizar con aspectos críticos el pasado de tu vida que es la misma de millones de cubanos; con la única diferencia que tú puedes y los tros no han podido.
Saludos y un abrazo.

Omar Mederos dijo...

Felicidades, Camilón. Te leo siempre. Abrazos

Javier Iglesias dijo...

Felicidades mi hermano.

Ramón Valdés dijo...

Saludos, sigue escribiendo, personalmente he disfrutado y me veo reflejado en ese recorrido de esos mil.

Anónimo dijo...

Salvador Lemis: y lo he seguido pasito a pasito por toda la manigua. Feliz y Dades.

Li Misol dijo...

Yo soy de las que pasa de vez en cuando.