13 mayo 2011

La silueta


¿Cómo puedo recuperar las expresiones
de mi abuela Atlántida?
¿Cómo salvar aquel dejo
que llegó de Asturias
y subió hasta el Escambray
más intrincado
para obtener el sabor
de los cafetales,
de la sombra del guamo
y de los ríos que caen,
cordillera abajo,
hasta los puentes de hierro
que trazan los caminos
hacia Manicaragua?

¿Dónde puedo oír de nuevo aquella voz,
aquel silencio con olor a jazmines
que me besaba y quería?
¿En qué lugar está
la silueta que fue a buscarme,
bajo el sol de junio,
al sitio donde me veía forzado
a recoger el café de mis insomnios?

Ay, Atlántida, quiero oírte hoy,
ya viejo,
como nunca me imaginaste,
más necesitado y deseoso que nunca.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi querido Camilito bello:
Eso de las abuelas es terrible: las mías se me acaban de ir hace un tiempito y uno se queda "huérfano de abuelas", que es como quedarse sin cajita en la merienda.
Por Atlántida y por todas esas amables viejitas de nuestar corta, breve y maltratada Vida quiebro mi copa.
Qué tristes años últimos pasaron esas viejitas y viejitos adorables, francos y amados muertos de hambre y sed de alas en la isla más descarada de América: cagada por ese par de engendros con el cerebro dañado: la Hiena de Birán y su hermano enj el poder. Uf... pobrecitas de nuestras abuelas. Hay una canción chea de Leonardo Fabio a su abuelita Milagros ("que haces pan de la nada") que deberías escuchar en youtube.
Besos: eternamente.
Tu dolor me llegó a través del poema y de la foto de Atlántida: hay mucho de su belleza en ti.

Anónimo dijo...

Ah, y no estás viejo, chico!