28 marzo 2011

Mi única salida es abrir fuego

Un entrañable amigo, con las más nobles intenciones y casi sin quererlo, sirvió de emisario. Alguien que me quiere como un padre está preocupado por mis recientes escritos sobre Cuba. Siente que me he radicalizado. Que de un tiempo a esta parte rebasé ese punto crítico que en las películas de astronautas se señala con drástica gravedad: el no retorno.
Sí, lo admito, cada vez estoy más convencido de lo que digo. Creo que la dictadura de los hermanos Castro ya no tiene nada que ofrecerle a mi país. Después de medio siglo en el poder, la revolución ha mutado en un régimen involutivo que está arrastrando a Cuba siglos atrás. En ese afán, ha convertido a generaciones de cubanos en parias.
Otro querido amigo, que está de acuerdo en casi todo lo que digo, me llamó la atención por haberle dicho a Silvio Rodríguez que su caso cada vez me da más pena. “Fue un poeta, no se merece que seamos tan severos con él por sus achaques de vejez”, me dijo. Yo soy como soy por las cosas que me inculcaron, entre muchas otras cosas, las canciones de Silvio.
Verle defender con adulación y de la manera más patética posible las atrocidades de Fidel, Raúl y hasta Gadafi solo me produce rabia. Lo siento, tengo que repetirlo una y otra vez, donde quiera que pueda. Los cubanos se merecen ya el futuro que tantas veces les prometieron. Por eso estoy en el deber moral de luchar por ello.
Como no sabría qué hacer con una pistola, mi única salida es sentarme frente a la pantalla de la computadora y abrir fuego.

12 comentarios:

Mario Crespo dijo...

Es igualmente útil, se luche desde la trinchera que se luche. Siempre que sea honesto y decente. Tú lo eres.
Estoy de acuerdo contigo. Los que retrocedieron fueron ellos. Tú vas hacia adelante y parte de la culpa, la tiene el propio Silvio y ¿por qué no,? Fidel también, por sus promesas de conseguir un país mejor.

Ariel Fl dijo...

Buenisimo Camilo.

Luis González Ruisánchez dijo...

Exacto, mi amigo, al enemigo: fuego. Y ellos son, desde hace mucho, nuestros enemigos

Anónimo dijo...

Camilo, buenisimo tú último post. Voy a mandarlo a la lista de correos de las tropas cubanas para que se pongan histericos, jajaja

Anónimo dijo...

Eres como tu prosa, una de las cosas más transparentes que he visto en mi vida.

Ramón Valdes dijo...

Mi querido amigo estoy contigo, no tenemos otra opción.

Anónimo dijo...

Vas cabalagandoooooo, sobre una palma escritaaa. Lindo texto!!!

Alejandro Aguilar dijo...

Chapeau para tu verbo. Cierre envidiable.

Ana Vargas dijo...

Y si gente como tú y otros muchos que hemos logrado ver con la objetividad que le falta a tantos cubanos de la Isla lo que esos degenerados han hecho y continúan haciendo con sus vidas, no lo decimos...¿quiénes lo harían? Ya que la vida sólo nos da la posibilidad del análisis de esa realidad, sí, crítica; pero objetiva, hacer uso de ella no es un pasatiempo: es una obligación moral.
Un abrazo, Camilo,

Aquiles Julián dijo...

Es que muchos padecen de castroenteritis marxana aguda, una de cuyas síntomas es el analfacastrismo. La comparación entre lo que Cuba era y lo que ha terminado por ser es patética. Aquello merecía mejorarse, no desmantelarse y destruirse. Lo que quede de Cuba tomará tiempo en reconstruirse, porque el daño peor es moral: exigua moral de trabajo, raterismo, soplonería, ateísmo y sumisión al Poder. Con todo, los ejemplos de Coco Fariñas, Zapata y otros muestra que hay reservas morales valiosas en el pueblo cubano. Y eso es su esperanza.

Miguel Grillo Morales dijo...

Buena refriega Camilo. Lo de Sivio no son achaques de vejes (dígaselo a su amigo) Yo crecí escuchando sus canciones admirando su verso. Recuerdo en aquellos días que un grupo de amigos intercambiando impresiones y adjudicándole la inspiración de la canción Ojala a la figura de comandante. Hoy Sivio dice que no. Después se fue moldeando en esa caricatura que hoy todos conocemos y que no se sabe donde comienza Silvio, donde sigue Randy Alonso y donde termina Alfredo Guevara. Debe de ser espeluznante vivir defendiendo lo indefendible. Al final es solo un pobre diablo. A estas alturas, no es dueño de la casa en que vive, ni del estudio de grabación, ni del auto, que mal maneja (al final eso son solo apendejadas) pero lo que es mas penoso y repugnante, no es dueño ni de su propia persona. Siempre que sea con la computadora, dispara que tienes quien te recoja los casquillos.

salva33125 dijo...

Ser "radical" no es la palabra exacta, por nuestras propias vidas vamos tomando conciencia,tu postura es allegada a la mía, y estoy muy de acuerdo contigo...la rabia, coño, paciencia?