30 marzo 2010

Respuestas a un trovador ciego que no se atreve a volver a leer a Homero

Vía Hamlet (Hermman, el que no deja lugar a dudas) y después de pasar por dos o tres buzones amigos, llegó hasta mí un texto que presuntamente firma Silvio Rodríguez Domínguez, el mismo individuo que le pidió a los vocingleros de Cubadebate que se estuvieran tranquilos, que dejaran a Pablo quieto, que esperaran a que bajara la marea.
Aunque copio el texto íntegro del trovador más abajo, quisiera responderle línea por línea sus preguntas. Antes, debo confesar lo que significa Silvio Rodríguez Domínguez para mí, o, mejor dicho, su obra. Yo nací en 1967, justo cuando empezaba la etapa más productiva del trovador y (ni él mismo se atreverá a rebatirme) donde logró sus obras más honestas, al menos en lo que respecta a cargos de conciencia y fidelidad.
Cuando yo era un creador adolescente y me creía un geniecillo indomado, acudía a las obras de Silvio para comprobar si tenía o no la razón. Eran sus canciones y no cualquier escritura sagrada, las que me decían si estaba en lo cierto o si, por tener ojo en camino y ojo en lo por venir, erraba.
Años después, cuando ya en La Habana se cerraban a cal y canto todas las salidas al futuro, conocí a Silvio y eso fue como un segundo aire que me mantuvo dentro de la isla más de la cuenta… o, al menos, más de lo soportable para mí y para los míos. Recuerdo dos largas conversaciones entre nosotros. Lo admito, fueron dos tremendas conversaciones.
El Flautista de Hamelín, Silvio, no es nada ni nadie comparado con Fidel Castro, quien embaucó a una isla entera. A diferencia del personaje de los Hermanos Grimm, el Comandante en Jefe ni siquiera toca un instrumento. ¿No te parecen suficientes todos los cubanos que han partido detrás del silencio y la incertidumbre? ¿No es bastante los miles y quizá millones de compatriotas que lo han dejado todo por tal de dejarlo a él también?
Respecto al bloqueo, tú eres inteligente. Al menos eso no podrás negarme. Bien sabes que se trata de una excusa burda, de un ardid barato para justificar la impericia de un régimen y la ineptitud de sus dirigentes. ¿O tengo que ponerme a enumerar todo lo que ha fallado dentro de la Cuba de Fidel sin que el Imperialismo haya tenido que ver en lo más mínimo?
Yo no sé qué pasaría si un huelguista de hambre le exigiera a Obama el levantamiento del bloqueo. Primero, haría falta un hombre con los cojones del albañil Orlando Zapata Tamayo, que ofrendó su vida por lo que creía justo. No sé si sabes que todo lo que pedía Orlando era tener en su celda las mismas condiciones que el dictador Fulgencio Batista le ofreció al asaltante Fidel Castro.
Me consterna verte formando parte de la mediocre comparsa que ataca al Grupo Prisa sin antes denunciar al monopolio más infame que se ha ejercido nunca sobre la información en Cuba, que es el Órgano Oficial del Partido Comunista de Cuba y todas sus dependencias, ya sean escritas, habladas o murmuradas.
Respecto a Carlos Alberto Montaner, solo tengo que decirte que lo conozco como a ti. Apenas he hablado con él un par de veces. Sin embargo, ambos me parecen dos cubanos indispensables para pensar el país del futuro. Solo que en estos momentos siento que él es más honesto que tú.
Sé poco de las cárceles del mundo y las de Cuba, después de aquella gira, creo que son un territorio que manejas con libertad. Dime tú si alguien debe estar entre rejas por decir lo que piensa, responde tú si estás de acuerdo con la prisión del alma, del alba y del sueño.
Nunca la política imperial será tan responsable de las desgracias de los cubanos como el régimen obtuso y denigrante que por cinco décadas nos ha discriminado y llevado a la ruina (sé que tú no eres de los más discriminados, pero aún así, compadre, recapacita).
En cuanto al pueblo, no sé si la definición es “bueno” o “reprimido”. No creo que tenga que enumerarte a ti (¡a ti!) las cosas de las que son capaces esos órganos tan estériles como el bazo, pero tan dolorosos como los riñones.
De ahí en adelante tu texto se enturbia y abarata. Respondo lo que me parece silviano (a lo mejor nada es tuyo. Si es así, lo siento. Tampoco te pido disculpas porque no las mereces. Debiste reaccionar antes. Al menos los cubanos que aprendimos a pronunciar contigo la palabra futuro, lo merecíamos).
Yo no puedo volver a Cuba por ahora (¡Mi país, asere, mi país!), pero el día que regrese, sea en el milenio que sea, lo haré oyendo a Silvio Rodríguez. Como diría Enrique Bunbury, un cantautor que no sé si conoces, “las consecuencias son inevitables”. Hasta entonces, maestro.


Preguntas de un trovador que sueña

a Bertold Brecht, por sus Preguntas de un obrero que lee

Si el flautista de Hamelín partiera con todos nuestros hijos ¿comprenderíamos que se nos va el futuro? Si ese futuro que se nos va supiera adónde lo lleva el flautista de Hamelín ¿partiría con él?
Si un huelguista de hambre exigiera que Obama levantara el bloqueo ¿lo apoyaría el Grupo Prisa? Si los miles de cubanos que perdimos familia en atentados de la CIA hiciéramos una carta de denuncia ¿la firmaría Carlos Alberto Montaner? Si algunas firmas meditaran antes de condenar las cárceles ajenas ¿resultarían incólumes las propias?
Si un líder del norte es un líder ¿por qué es caudillo el que nació en el sur? Si la política imperial es responsable de algunas de nuestras desgracias ¿no deberíamos liberarnos también de esa parte de la política imperial? Si condenamos la guerra fría ¿nos referimos a toda o sólo a la porción ajena?
Si este gobierno ha sido tan malo ¿de dónde ha salido este pueblo tan bueno? Aborto (marque con una cruz): asesinato, hedonismo, piedad Homosexuales (marque con una cruz): Elton John advierte que Cristo era gay ¿Quién le importa al PP? (marque con una cruz): ¿Zapata o Zapatero? Si la Casa Blanca devolviera Guantánamo y acabara el embargo ¿qué posición (común) adoptaría el Kama-Sutra europeo?
Si el que hoy maldice ayer bendijo ¿con quién pasó la noche? Si de veras nos haría tanto daño una amnistía ¿por qué no me lo explican? Si la suma de ambas intransigencias nos extingue y la nada baldía nos arrastra al pasado ¿nuestros hijos tendrán lo que merecen? ¿Qué pasa con los negros? ¿Qué pasa con los amarillos? ¿Qué pasa con los blancos? ¿Qué pasa con los rojos, con los azules e incluso con los hombrecillos verdes?
Si alguien roba comida y después resulta que no da la vida ¿qué hacer? Si otro Martí naciera entre nosotros ¿podría ser emigrante, rapero, cuentapropista, ciudadano provincial en una chabola periférica? Patria, Universo, Vida, respeto al semejante y todos Venceremos un poquito.
SILVIO RODRÍGUEZ

28 marzo 2010

Mañana me voy con Cacha pa’ Santa Clara

Tratar de seguir un juego de pelota por la página web de Cubavisión es casi una experiencia paranormal. Aún así, soporté con estoicismo las más de cinco horas que duró el quinto partido del play off entre Industriales y Villa Clara. Ni siquiera la imagen borrosa y entrecortada logró apartarme del mínimo marco donde los peloteros se movían a un cuadro por varios segundos.

Traté de ir a buscar a Jorge Luis en Hermosillo, pero ni él ni Renay aparecieron. Solo Jorge Ferrer asomó la cabeza desde Barcelona. Él, como Jorge Luis, sudan sangre azul. Renay y yo nos convertimos en fundamentalistas cuando de la Trituradora Naranja se trata. Hace unos días, en Facebook, reunimos los nombres y apellidos de aquella dinastía que llevaba un central azucarero bordado en la manga y la camisa pintada de anaranjado hasta la altura de las letras.

Pedro José Rodríguez, Antonio Muñoz, Víctor Mesa, Lourdes Gourriel, Pedro Jova, José Antonio Huelga, Aquino Abreu, Sixto Hernández, Osvaldo Oliva, Alberto Martínez, Isidro Pérez, Héctor Olivera, Aniceto Montes de Oca, Rolando Macías, Adolfo Borrell, Lázaro Pérez… Nunca he visto jugar a casi ninguno de los integrantes del actual Villa Clara, pero hoy en el Latino demostraron que tienen la garra del Señor Jonrón, del Gigante del Escambray y de la Explosión Naranja.

El martes se reanudan las hostilidades en el Augusto César Sandino. Por eso, aunque me sea tan imposible como ver un juego de pelota a través de la web de Cubavisión, ¡mañana me voy con Cacha, eh, pa’ Santa Clara!

27 marzo 2010

Segundo Silvio

Ayer, en la presentación de su disco Segunda cita, Silvio Rodríguez se equivocó cuando dijo que “pareciera que hay un concenso contra Cuba”. Aunque empieza teniendo la razón, al admitir el casi unánime rechazo que ha generado en el mundo la muerte por huelga de hambre de Orlando Zapata, la pierde al asegurar que se repudia a la nación y no al régimen que la oprime.

Silvio Rodríguez está convencido de que tiene más razones para creer en la revolución que en sus detractores. Por más que me exprimo la cabeza, sólo doy con una: él disfruta un país muy diferente al que padece la inmensa mayoría de sus compatriotas. Como eso es tan obvio (algo que él nunca ha sido), espero que tenga otras excusas, como también confío en que sus alas no soporten en verdad tantos herrajes como él mismo deja entrever.

No es posible el sonido de Cuba sin la obra de Silvio. Sus canciones serán indispensables cada vez que se reúnan los ingredientes que mejor definen al cubano. Pocos artistas como él, logran tanta intemporalidad en algunas de sus obras. Pero cada vez más él mismo se convierte en un objeto museable, en una reliquia del ayer, en alguien que solo nos convida a creerle cuando dice pasado.

26 marzo 2010

La gran marcha

Muchos de los que participaron en la marcha que celebró se ayer en la Calle Ocho de Miami, fueron víctimas de actos de repudio de la dictadura de Fidel Castro. Ellos, como nadie, saben lo que significa ese puño represor. Otros, seguro que también los había, alguna vez asistieron a una marcha del pueblo combatiente. Ahora, ya libres, se sumaron de manera espontánea (esta vez sí era espontánea) a una manifestación que exigió el fin de la represión en Cuba y envió un mensaje de solidaridad a las Damas de Blanco.

Como nunca antes, la verdadera naturaleza del régimen cubano ha quedado al descubierto. Las golpizas a las madres y esposas de los presos políticos han logrado que muchos, que hasta hace poco aún mostraban cierta simpatía por la revolución, ahora manifiesten de manera abierta su condena. Sólo tres intelectuales cubanos (Miguel Barnet, Roberto Fernández Retamar y Pablo Armando Fernández) han firmado el documento de apoyo al régimen.

Nadie más, ni siquiera uno solo de los integrantes del Secretariado de la UNEAC, ha dejado constancia de su respaldo. Eso explica por qué el documento emitido por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba no incluye nombres ni apellidos. Hay que ser demasiado cobarde para temerle a un puñado de mujeres que marchan en silencio y con una flor en la mano. Hay que ser demasiado abyecto parar querer minimizar la grandeza de ese símbolo.

La gran marcha que tuvo lugar ayer en Miami se irá replicando en muchas ciudades del mundo hasta llegar a La Habana. Ojalá que ese día todos los cubanos buenos empuñen una flor y a nadie se le ocurra volver a hablar de fusiles.

25 marzo 2010

Radio Ciudad de La Habana

Este poemita lo escribí hace muchos años y hoy, sin más acá ni más allá, apareció como un archivo independiente entre las cosas más viejas que guardo en mi recién estrenada mini. La foto la tomé prestada del blog Buena Suerte Viviendo, de Lázaro Sarmiento. Me hubiera gustado una en que también esté Albis. A lo mejor Wendy la encuentra... Los que oyeron La Habana de los ochenta saben lo que digo, los que no, que se lo imaginen.

Para Albis Torres,

Sigfredo Ariel

y Bladimir Zamora

No esperes a que pongan las canciones que más te gustan,

apaga la radio ahora y prueba que estás ausente,

que nada de lo que digan tiene que ver contigo.

No le des las buenas noches a la ciudad,

deja que la gente se duerma sin despedirse,

deja que el olvido se ocupe de tu calle

y de los personajes que desfilan por ella

con un pan en la cabeza

o un sombrero entre las piernas.

No esperes a que pongan las canciones que más te gustan,

apaga la radio y prueba que los poetas tienen la culpa,

que nada de lo que dicen tiene sentido.

Un país que vive de oír a su pasado

en discos de 33 revoluciones por minuto,

no se merece que permanezcas ahí,

sin dar un paso en ninguna dirección,

como uno de los tantos personajes

que desfilan por tu calle,

con la cabeza dentro de un pan

y las dos piernas metidas en un sombrero.

No esperes a que pongan las canciones que más te gustan,

apaga la radio y di que el silencio en Cuba

es una orquesta incomparable.

Si yo pudiera votar

El próximo 16 de mayo se celebrarán las elecciones congresionales en República Dominicana. Muchos amigos míos, que han venido acumulando incontables frustraciones en los últimos años, prefieren abstenerse. Los escándalos de corrupción y la falta de una propuesta al menos creíble de los partidos políticos tradicionales, los ha dejado sin opción.

Hace poco, cuando Pablo Milanés aseguró que Fidel Castro debía ser condenado si Guillermo Fariñas moría de hambre y sed, también advirtió que no creía en las elecciones.Ése es un juego democrático entre comillas que también es una farsa”, dijo. Yo, en cambio, creo que si a los cubanos les dieran la oportunidad de elegir su destino en una urna, le devolvería la libertad y el futuro a una nación que hoy solo respira el aire viciado que producen las ruinas.

Si yo pudiera votar en República Dominicana lo haría. Es cierto que sobran razones para sentirse decepcionado, pero no se puede dejar de ejercer ese derecho. Yo votaría por Hamlet Otañez si hubiera sido el candidato a alcalde de Santiago, como votaría también para que Pedro Catrain y Minou Tavárez Mirabal (que merece mucho más de lo que está aspirando) sean diputados.

Como dice aquella vieja canción de Fito, todavía tengo en mente cambiar algo, todavía me emocionan ciertas cosas. Si yo pudiera votar, votara.

22 marzo 2010

Con Coco Fariñas hasta en la pelota

Guillermo Fariñas fue alguna vez un espigado jugador de baloncesto. Ese hombre escuálido que ahora agoniza en una sala de terapia intensiva, después de 27 días en huelga de hambre y sed, llegó a ser suplente de Leonardo Pérez, el mítico capitán de los Lobos, la escuadra villareña de baloncesto.

Ayer, cuando recibió la visita del mayor Héctor de la Fe (complicado apellido para un agente de la Seguridad del Estado), se hizo evidente que no se podrían de acuerdo y Coco Fariñas prefirió hablar de béisbol. Al menos en eso tenía el mismo punto de vista que el enviado de la dictadura.

No lejos del hospital está el estadio Augusto César Sandino, donde a partir de mañana el equipo Villa Clara se enfrentará a Industriales por la corona del campeonato nacional. Aunque en estos momentos es un hombre dispuesto a morir si el régimen no libera a los 26 presos políticos gravemente enfermos, Coco está convencido de que los suyos saldrán vencedores.

De la Fe, que no pudo darle ningún tipo de esperanzas respecto a las demandas políticas, comparte con Fariñas la seguridad de que este es el año de la Trituradora Naranja. Yo, que también estoy con Coco Fariñas hasta en la pelota, me alegro que al menos hubiera un punto en común entre el represor y el moribundo.

Ojalá que puedan celebrar esa victoria antes de que todo esté perdido.

La indiferencia, el tercer manifestante

Mañana martes Cuba entera se meterá de lleno en la gran final de la Serie Nacional de Béisbol. Mi Villa Clara se enfrentará otra vez a Industriales y todos los ojos del país estarán al tanto de lo que pase en Santa Clara y en La Habana. Pero unos pocos años más adelante, la pasión que provoque ese clásico será recordada por apenas unos pocos.

Lo que nadie podrá olvidar en Cuba de todo lo ocurrido en el país en marzo de 2010, es la hazaña lograda por las Damas de Blanco, ese puñado de mujeres que no se dejó intimidar por la maquinaria represiva del régimen y, a pesar de tantos pesares, llevó hasta las últimas consecuencias su semana de protestas exigiendo la libertad de los presos políticos de la dictadura.

Hay algo que llama poderosamente la atención en cada uno de los videos de las manifestaciones que se han subido a YouTube: la indiferencia de la gente. Esa parsimonia (¡tan inusual en el cubano!) con la que pueblo observa lo que ocurre en las protestas, lo convierte en un tercer manifestante.

Esa es la prueba más evidente de que los actos de repudio no son espontáneos, pero también demuestra la enorme apatía que padece la sociedad cubana. Al menos que se sepa, solo hubo un cubano que saltó en defensa de las Damas de Blanco para impedir que la turba les siguiera pegando. Cuando fue detenido, nadie más le siguió.

Rostros impávidos y cuerpos inmóviles miran desde balcones y azoteas el desfile de las Damas de Blanco y la turba acechante. A partir de mañana a toda esa gente le volverá la sangre al cuerpo y seguirán con pasión, jugada a jugada, los acontecimientos del Play Off.

Pero unos años más tarde los testigos de las protestas contarán con orgullo que ellos también estuvieron allí, que en el país donde a nadie le importaba nada, hubo un puñado de mujeres que sacaron la cara por todos los hombres presos, por los que aún estaban libres y por el futuro de sus hijos.

21 marzo 2010

Islandia

En The girl in the café, una película que sucede en Reykjavik durante una cumbre del G8, uno de sus personajes confiesa que no sabe nada de Islandia. Para Gina, la música de Björk era lo único que le resultaba conocido de ese lugar extraviado entre el frío y el océano. Hoy, en Santo Domingo, hace un calor de agosto y escribo sin parar de muchas cosas a la vez. Tengo que entregarlas antes de que amanezca.

Traté de oír un disco de Bunbury, pero los trombones del Freak Show no me dejaban concentrarme. Ya en silencio, volví a distraerme y abrí el explorador para revisar Menstyle (una de mis páginas preferidas). Así fue que llegué a Islandia y recordé aquella escena entre Bill Nighy y Kelly Macdonald.

Según Condé Nast Traveler, Islandia es el país con la mayor densidad de escritores, lectores y ovejas del mundo. Todo lo demás es hielo y una noche que, en invierno, puede llegar a durar todo el día. No es una mala opción, sobre todo para un día como hoy, en que no quiero que llegue el lunes y del ventilador solo recibo el mismo aire caliente que está por todos lados.

18 marzo 2010

En nombre de los nuevos

Hoy, por tercer día consecutivo, las Damas de Blanco desafiaron la maquinaria represiva del régimen de Fidel y Raúl Castro. Sobre ellas ha caído, en esas tres jornadas, todo el peso de un Estado que solo invierte su tiempo y sus recursos en reprimir cualquier expresión de libertad de sus ciudadanos. Millones de ojos en todo el mundo vigilan la suerte estas valerosas mujeres y repudian a la dictadura que en vano ha tratado de silenciarlas. Para ellas, verso a verso, una de las canciones más hermosas de Pablo Milanés:

Qué difícil resulta, compañera,

Acabar de situarte en tu lugar.

Qué manera de alzarte la primera,

Qué justicia tan última en llegar.

Tu sereno perfil, tu larga espera,

Tu esperanza que no ha de terminar.

Te moldearon de estoica madera,

Que resiste el más viejo vendaval.

Yo te saludo en nombre de los nuevos,

Los que no han de acusarte por amar,

Los que amando contigo se hacen buenos,

Porque buena es tu savia original.

Los que respetan tu delicadeza,

Los que admiran tu triple condición,

¡Qué Mariana, qué obrera, qué belleza!

Mil perdones, recibe esta canción.

Yo guardé para ti el hermoso sueño

De esa inmensa capacidad de amar,

Que me lleva por límites sin dueños

De tu mano dejándome guiar.

Yo te saludo en nombre de los nuevos,

Los que no han de acusarte por amar,

Los que amando contigo se hacen buenos

Porque buena es tu savia original.

Los que respetan tu delicadeza,

Los que admiran tu triple condición,

¡qué Mariana, qué obrera, qué belleza!

Mil perdones, recibe esta canción.

¿Silvio sale en defensa de Pablo?

CubaDebate, un sitio web que el gobierno cubano construyó “contra el terrorismo mediático”, también abrió fuego contra Pablo Milanés. Un texto de Carlos Rodríguez Almaguer, ”No ha sido fácil, Pablo, pero seguimos siendo”, le sale al paso a las declaraciones del trovador en el periódico El Mundo, donde asegura que si Guillermo Fariñas muere, Fidel Castro debe ser juzgado. De los 63 comentarios que ha provocado el texto, muy pocos le hacen honor al nombre del portal. Más que debate, ellos subrayan esa sofocante unanimidad que se le ha impuesto a la sociedad cubana. Sólo un tal Silvio Rodríguez Domínguez se atreve a ponerle freno a los talibanes. “Si respetan tanto al creador, como dicen, ¿por qué no le respetan que dude y diga lo que piensa? ¿Qué se gana con este cuestionamiento público, que por supuesto sale con la venia de los responsables de este sitio?… No sigamos enredando la pita, que ya está bastante difícil”, dice Silvio. Como yo mismo he tratado de poner sin éxito varios comentarios, sospecho que los muchachos de Cubadebate recontracomprobaron que ese comentario era auténtico antes de colgarlo. Aún así, el inefable Edmundo García, desde un usuario autentificado, les pide que se aseguren una vez más, por si las moscas: “Y q seguridad tienen de q en este tema el Silvio de ‘Cancion del Elegido’ es quien opino y no un anonimo q usa el nombre y ambos apellidos del cantautor buscando atención diferenciada?”, reclama Edmundo con cierto nerviosismo, a juzgar por los descuidos. Silvio, ya seas real o ficticio, tienes razón, la pita está muy enredada y lo peor es que ya se hace muy difícil creer en ti, en él o en el otro.

17 marzo 2010

En mi país aplastan a los héroes

Hoy la dictadura de Fidel y Raúl Castro, ya sin la fuerza moral suficiente para tolerar una marcha pacífica de 20 mujeres, organizó una turba de 300 policías vestidos de civil para que les hiciera frente. Fueron golpeadas, maniatadas y secuestradas. Ni la censura más burda ni la represión más cruel pudieron impedir que estas imágenes recorrieran el mundo en apenas unas horas.
Sirva ese testimonio para los que aún se dejan arrastrar por la melancolía de una era que, en lugar de parir un corazón, solo atinó a sacar de sus entrañas frustraciones, miseria y dolor. La verdadera revolución cubana ahora la hacen unos pocos hombres y mujeres que no merecen que les sigamos dando la espalda.
En mi país aplastan a los héroes. Ellos necesitan con urgencia toda la solidaridad que seamos capaces de dar.

La UNEAC se manifiesta, pero sin nombres ni apellidos

La UNEAC (la asociación oficialista de escritores y artistas cubanos) acaba de emitir un documento. El texto llama a “detener” la acusación contra el Gobierno de Cuba que se hace desde un blog dedicado a la memoria de Orlando Zapata Tamayo, el albañil que murió después de 85 días de huelga de hambre sin que sus carceleros hicieran nada para salvarlo.

Entre un documento y el otro hay una diferencia sustancial. Mientras el de la UNEAC no consigna la firma de ningún escritor o artista cubano, el blog hasta este momento ha logrado ya 11,214 adhesiones. Fernando Savater, Pedro Almodóvar, Fernando Trueba, Mario Vargas Llosa, Abilio Estévez, Víctor Manuel, Ana Belén, Antonio Muñoz Molina, Elvira Lindo, Juan Marsé, Jorge Volpi y Paquito D’Rivera están entre los que repudian el crimen de Zapata y exigen la liberación de todos los presos políticos cubanos.

No es la primera vez que la UNEAC divulga documentos parecido al que publica el diario Granma hoy. Pero en otras ocasiones sus pronunciamientos eran endosados por reconocidos intelectuales y creadores cubanos. ¿Por qué quien firma ahora es el Secretariado? ¿Se habrán negado hasta los más habituales firmantes? Eso solo lo saben los que ordenaron el libelo y los que se vieron forzados a escribirlo.

El documento de la UNEAC es una infamia, como cada uno de los pronunciamientos que ha hecho el régimen hasta ahora. Pero aún así merece una corrección, porque la palabra Cuba entre escritores y artistas tiene un peso diferente al que los déspotas le dan en sus discursos.

El blog dedicado a la memoria de Orlando Zapata Tamayo no agrede a Cuba, todo lo contrario, los que firmamos ese documento acusamos ante al mundo a la dictadura que la tiene en el oprobio sumida.

16 marzo 2010

¿Quién es más humano, la “patria” o el enemigo?

El gobierno cubano ha desplegado una incansable campaña mediática para que se libere a cinco espías suyos que cumplen penas en el territorio de Estados Unidos. En su afán por trocar términos, los llama héroes, como califica de mercenarios o delincuentes a los opositores. Quien está con Fidel es legitimado, quien se le opone, como en la era colonial, es privado hasta de su derecho a la patria.

Aunque Cuba es un patrimonio de todos los cubanos, también ha sido usurpada por el régimen y su máquina de hacer propaganda. Es por eso que, según su lógica, quien adversa a la vetusta dictadura, ataca a la patria. Como les faltan todas las razones, nunca les alcanzan los epítetos ni los insultos.

Si el mundo les señala con el dedo, entonces acuden a la última carta de su baraja y recuerdan las torturas en Abu Ghraib, Bagram o Guantánamo. No sería mala idea hacer la comparación, por ejemplo, entre las condiciones de vida de los cinco espías en las cárceles norteamericanas y los disidentes cubanos en las de su país.

Eso podría revelar quién es más humano, la “patria” o el enemigo.

15 marzo 2010

Fidel acusa a Fidel

Cuando uno erige un monumento está sembrando un símbolo y tiene que atenerse a las consecuencias que eso implica. En uno de los tantos parques de La Habana, en el que está dedicado al escritor francés Víctor Hugo (en 21 y H, El Vedado), Fidel Castro ordenó colocar una tarja en 1981.

Probablemente, fueron muy pocos los que repararon, en casi tres décadas, en ese pedazo de mármol (que debieron llevar desde Nueva Gerona, donde Fidel guardó prisión apenas por unos meses después de haber ¡asaltado un cuartel y causado 22 muertos en las filas del ejército del dictador Fulgencio Batista!). Pero un suceso, la muerte por huelga de hambre del preso político Orlando Zapata Tamayo, ha convertido al pequeño monumento en una incómoda alegoría:

“LA TOZUDEZ, LA INTRANSIGENCIA, LA CRUELDAD, LA INSENSIBILIDAD ANTE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL DEL GOBIERNO BRITÁNICO FRENTE AL PROBLEMA DE LOS PATRIOTAS IRLANDESES EN HUELGA DE HAMBRE HASTA LA MUERTE, RECUERDA A TORQUEMADA Y LA BARBARIE DE LA INQUISICIÓN EN PLENA EDAD MEDIA ¡TIEMBLEN LOS TIRANOS ANTE HOMBRES QUE SON CAPACES DE MORIR POR SUS IDEAS, TRAS 60 DÍAS DE HUELGA DE HAMBRE! AL LADO DE ESTE EJEMPLO ¿QUÉ FUERON LOS TRES DÍAS DE CRISTO EN EL CALVARIO, SÍMBOLO DURANTE SIGLOS DEL SACRIFICIO HUMANO? ¡ES HORA DE PONER FIN, MEDIANTE LA DENUNCIA Y LA PRESIÓN DE LA COMUNIDAD MUNDIAL, A ESA REPUGNANTE ATROCIDAD!

FIDEL CASTRO 18-08-1981

68 CONFERENCIA DE LA UNION INTERPARLAMENTARIA

A TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES QUE LUCHARON POR LA INDEPENDENCIA DE IRLANDA”

Nada como sus propias palabras para condenar el crimen de Orlando Zapata Tamayo, cuya huelga de hambre se extendió por 85 días sin que sus verdugos cedieran.

La década de los sesenta se inventó en Sterling Cooper

El día que llegó la primera fotocopiadora a Sterling Cooper, la agencia de publicidad donde trabajan la mayoría de los personajes de la serie Mad Men, todos admiraron al aparato con el mismo asombro que vieron a Neil Armstrong caminar por la Luna. Eran los fabulosos 60, la década que más nostalgia ha producido, pero al desnudo, como si todas sus seducciones, secretos, euforias y miserias cupieran en una vitrina.

En Sterling Cooper fuman y beben a toda hora. Tanto las malas noticias como las buenas se acompañan con un whisky a las rocas. Don Draper, el genio creativo de la agencia, ha inventado tantos mundos, que se vio forzado a inventarse a sí mismo, robándole la identidad a un compañero de trincheras durante la guerra. “El amor es una cosa que creamos los publicistas para vender medias de mujer”, dijo en uno de sus tantos arranques de lucidez.

En un principio se pensaba que esta serie no sería tan exitosa. Los capítulos son lentos y sólo se oye música si uno de los personajes la pone en el tocadiscos. HBO llegó a rechazarla antes de entender su genialidad y cederle sus horarios estelares. Desde entonces, el equipo de realización ha ganado tantos Globos de Oro como clientes los personajes en el set de la agencia.

Aún escuchamos a Elvis y a The Beatles como si fueran parte de la época en que vivimos. Muchas de las cosas que rodean nuestra vida cotidiana provienen de aquellos años. Ese espíritu imperecedero de los 60 que nos persigue, de alguna manera, es obra de gente como Don Draper y los chicos locos de Sterling Cooper.

11 marzo 2010

Homenaje a Mario Rivadulla

Amigos:

Los invito a todos a compartir con nosotros un homenaje a Mario Rivadulla el próximo 19 de marzo, a las 7:30 de la noche, en el Hotel Dominican Fiesta, en Santo Domingo. Sabemos que no hay acto, ni frase, ni abrazo que pueda contener toda la gratitud que Mario merece, pero por algo se empieza.

Aunque en la invitación aparecen solo los nombres de los que participaron en la concepción de la idea, la convocatoria en verdad la hacen todos los dominicanos y todos los cubanos que reconocen la labor incansable y sin condiciones de Mario a favor de las causas más justas de aquí y de allá.

¡Ojalá que puedan acompañarnos!

Los ojos cerrados de Eduardo Galeano

Eduardo Galeano fue a Sevilla y no perdió su silla en un seminario sobre el feminicidio, pero por enésima vez cerró los ojos frente a los desmanes de la dictadura de Fidel Castro. Los axiomas de Galeano son como la comida congelada, todos saben a lo mismo y acaban decepcionando. La más reciente de sus frases, hecha para emparejar a las mujeres con los hombres, acaba definiendo su lucidez política, que también es "mitad basura y mitad maravilla".

Nunca me he explicado cómo un hombre que es capaz de enhebrar ideas lúcidas, puede llegar a rozar la estupidez cuando se refiere, por ejemplo, al régimen que por cinco décadas ha hundido a Cuba en la indigencia social y moral. Aunque no le queda otro remedio que admitir su respeto “por alguien capaz de hacer huelga de hambre y morir por lo que cree” (sería el colmo que él también se prestara para desacreditar a Orlando Zapata Tamayo), Galeano de inmediato pone un punto y seguido y comienza a excusar a la dictadura.

“Contra Cuba se aplica una lupa inmensa que magnifica todo lo que allí ocurre cada vez que eso que ocurre conviene a los intereses de los enemigos de la justicia social”, dice. Como sé que Galeano conoce de sobra la realidad cubana, me pregunto qué entiende por justicia social. Luego, cae en la burda caricatura y recita de memoria el mismo estribillo de siempre: “Cuba sigue siendo un país ejemplar en su capacidad de solidaridad y en su dignidad nacional”.

Ya hacia al final de la conversación, el periodista de EFE le pregunta si Obama se habrá leído el ejemplar de Las venas abiertas de América Latina que le regaló Hugo Chávez. “No creo que el poder deje mucho tiempo para leer”, respondió. Entonces Galeano puede dar por sentado que Fidel y Hugo tampoco le han leído… Y eso se nota, ¿no?

10 marzo 2010

Otra de ladrones

Después de publicado el post “En Cuba somos ladrones todos”, leí uno del inagotable Enrique Ubieta (inagotable en su capacidad para ser lacayo y servil) donde comenta la película La princesa y la rana. Obviamente, no me voy a referir a sus puntos de vista sobre el filme de Disney, que son tan irrelevantes como los que tiene Fidel Castro sobre la estrella más próxima, esa que está a cuatro años luz del sol.

Prefiero referirme a un entre paréntesis y no al texto. Antes de admitir que, gracias a su empleo de paje oficial, es uno de los pocos cubanos que tiene libre acceso a internet, Ubieta reconoce que la televisión cubana piratea la mayoría de los materiales que exhibe: “Sí, robamos las películas que el bloqueo nos niega --con más argumentos que la televisión norteamericana, bueno, miamense (¿no es norteamericana también?) que se roba las películas cubanas por la misma razón, pero ellos son los que bloquean, no nosotros”.

La excusa, por supuesto, se cae por su propio peso, pero ilustra muy bien la lógica del cubano que se ha gestado dentro del Período Especial. Como el Estado bloquea toda inventiva y toda iniciativa para producir lo básico, alguien de la familia tiene que delinquir para alimentar a los suyos. La televisión roba películas, series, musicales y documentales. La gente roba carne, leche, aceite, arroz, huevos, frijoles, harina…

Todos son ladrones y lo más terrible es que cada quien tiene una coartada.

09 marzo 2010

Cargo de conciencia

El diario Granma, la bocina más reaccionaria de la dictadura, llama apátrida a todo cubano que no apoye, de manera explícita o al menos con un silencio cómplice, al gobierno a cuatro manos de Fidel y Raúl. Los que tienen el valor de oponerse a su maquinaria represiva (el único logro real de la revolución después de 50 años en el poder) son, además, mercenarios.

Los que señalan al aparato estatal cubano como un inviable y obsoleto armatoste, según las autoridades, son anticubanos. Para ellos también atacan a Cuba los que se atreven a cambiar la palabra gobierno por régimen y revolución por dictadura. Ya lo advirtió Fidel en un lejano encuentro con los intelectuales de los años 60: conmigo, todo; contra mí, nada.

Durante muchísimos años, Fidel reservó la parte más importante de sus discursos para comparar a la república con la revolución. Ahora ambas fracciones de tiempo están más parejas y se hace más fácil el cotejo. Cuando el desarrollo alcanzado en una época (incluyendo la salud y la educación) se pone frente al que se logró en la otra, solo un apátrida, un mercenario y un anticubano sería capaz de cerrar los ojos para no ver la dimensión de la tragedia.

Por desgracia las ruinas permanecerán mucho tiempo después de que todo haya terminando. Ellas serán su cargo de conciencia.

08 marzo 2010

En Cuba somos ladrones todos

No existe una familia en Cuba, ni siquiera una, que no se haya visto obligada a robar para subsistir. Dos ex novias de hijos de Fidel Castro han contado en público todas las artimañas que esos muchachos perpetran a diario. Hasta ellos se ven forzados a malversar para poder resolver su día a día en un país que la ineptitud de su padre ha llevado a la ruina.
¿En qué hogar cubano no se le ha comprado carne de res a un matarife clandestino? (el código penal es más drástico con quien sacrifica una vaca que con quien mata a una persona, pero ni eso ha logrado persuadir a nadie) ¿Quién no ha comprado leche, huevos, azúcar, café o ron a alguien que antes se ha robado esos productos?
La incapacidad del régimen para dedicarse de manera efectiva a otra cosa que no sea la represión, ha empujado a los cubanos a la indigencia y a una crisis moral que salpica a todas las generaciones y a todas las clases sociales (que las hay y muy bien definidas). Cuando el Estado dicta leyes que ni siquiera sus más altos funcionarios son capaces de cumplir, el delito se convierte en la única manera de supervivencia.
Ya es evidente que dejarán morir de hambre y de sed a Guillermo Fariñas. Las bocinas a sueldo de la dictadura han comenzado una campaña de descrédito contra el opositor cubano. Se le acusa de haber cometido delitos comunes. En un país donde todo se roba y todos roban esa excusa no es suficiente; que se atreva a tirar la primera piedra el cubano que no lo haya hecho en los últimos 50 años. En Cuba somos ladrones todos.

06 marzo 2010

De regreso de ninguna parte

En una de sus canciones, “Los restos del naufragio”, Enrique Bunbury hace una lista de las cosas que en verdad no quisiera que desaparecieran nunca. Primero enumera algunos clásicos y contemporáneos cuyas obras le han servido de referencia. Luego hace lo mismo con ciertos lugares que lo han inspirado en algún momento. Leonard Cohen, Tom Waits, Nick Cave, Andrés Calamaro, Charly García, Fito Páez y Luis Alberto Spinetta, entre otros. Oaxaca, Benarés, Marrakech, Cádiz, Buenos Aires y Santo Domingo (“si nos dejan volver”, aclara, recordando aquel absurdo episodio donde las autoridades dominicanas le prohibieron el retorno al país). En muchas otras de sus canciones, Bunbury menciona rincones, personajes, experiencias y sonidos que ha ido recolectando durante sus largos viajes del otro lado del Océano. En una entrevista, asegura que disfruta como nadie extraviarse en La Habana o en Nueva Orleáns, “para poder deshacerse de la mirada de turista y descubrir la verdadera identidad de la gente”. Oyendo los discos de Bunbury es que se puede calcular, de una manera más precisa, el provecho que le saca a esa manía. Pocos artistas han logrado como él hacer que el pasado de pueblos olvidados reaparezca en la vigencia de una melodía. A veces no vemos la riqueza de las cosas que nos rodean. La experiencia de Bunbury puede ser una buena lección. Sólo hay que regresar de ninguna parte y atreverse a las consecuencias que tendría fijarse en los rincones para donde nunca hemos mirado.

Sábado al fin

El sábado es el lugar perfecto para perder el tiempo. Con esa excusa publico, desde la semana pasada, un tercio de página en el diario dominicano Hoy. El espacio está dedicado a los que lo prefieren ese día sobre cualquier otro día de la semana. En él se habla de las cosas que se pueden hacer cuando no hay nada más que hacer, de eso que Marcel Proust llamó “ocio inteligente”. Creadores, aves raras y locos de atar son nuestro tema de conversación. Registramos vidas y obras en busca de un sueño o de alguna inspiración. Todo, menos lo banal, nos irá moviendo.

El título se debe a una canción de Pablo Milanés cuyo móvil debe explicarse para que se entienda. Hubo un lugar y una época, la Cuba de los ochenta, en que se decretaron dos tipos de sábado, un largo y otro corto. Los largos eran laborales y los cortos libres. Los segundos fueron la excusa del trovador para contar los deseos más simples de una generación (la mía). Libres ya de esa circunstancia, esas estrofas inspiraron mi espacio.

Lugares, libros, épocas, discos, hechos, películas, protagonistas, conciertos, efemérides, celebridades y desconocidos, vencedores y derrotados… Todo eso tendrá suficiente espacio, ni poco ni demasiado. No siempre se hablará de cosas que están de moda. Puestos a elegir, preferimos lo que nunca pierde vigencia.

Hay muchísimas cosas más que hacer, Sábado al fin será solo una opción entre tantas. Uno de los incontables caminos para recorrer en esas 24 horas que separan al viernes del domingo. Como dice Pablo, apenas “propongo un hermoso plan”.

04 marzo 2010

En Cuba los hospitales, como las calles, solo son para los revolucionarios

En la Cuba de los noventa se impuso una consigna fascista: “La calle es de los revolucionarios”. Todas las arengas de los líderes juveniles de entonces (Robaina, Pérez Roque y algunos otros que tampoco lograron sobrevivir dentro de la nomenclatura castrista) empezaban o terminaban con esa frase excluyente, que establecía la segregación de los cubanos que aún vivían en su isla, pero que no compartían las políticas del régimen gobernante.

Ayer el doctor Élvis Jiménez, director del hospital provincial de Santa Clara, le dijo a la madre del disidente Guillermo Fariñas que tenía que sacar a su hijo del centro hospitalario. Según el propio Fariñas, Jiménez fue muy claro: La terapia intensiva no está para ayunantes contrarrevolucionarios, sino para revolucionarios y ciudadanos que no intenten desestabilizar la revolución.

Lo deja claro el doctor Élvis, sus compatriotas tienen que pagar un altísimo precio para poder aliviar sus dolores de cabeza: resistir en silencio todos los embates de una dictadura que, después de medio siglo en el poder, ha destruido hasta los cimientos a la nación cubana. Parafraseando al poeta Roque Dalton, Jiménez no sabe que por hombres como Fariñas el futuro de su país puede convertirse en una aspirina del tamaño del sol.

02 marzo 2010

¿Hasta dónde debemos practicar las verdades?

Acabo de ver el video de nueve minutos y trece segundos que el Gobierno cubano presentó en la televisión de la isla sobre la muerte del disidente Orlando Zapata Tamayo. Me tomó unos 32 minutos bajarlo, toda conexión con Cuba es lenta en el mejor de los casos, imposible en la mayoría. Más que una postura oficial sobre por qué no se le reconoció al reo como prisionero de conciencia, el video es una cínica mezcla de criterios médicos con burdo espionaje.

El pasado 24 de febrero, Enrisco publicó en su blog el pequeño post “Hechos”. Valiéndose de una fecha de 1925 y otra de 2009, compara a tres dictadores cubanos y el desenlace que tuvieron dos huelgas de hambre que sucedieron durante sus gobiernos. Después de 18 días de presión, Machado decidió poner en libertad al líder comunista Julio Antonio Mella. 85 días no fueron suficientes para el binomio Castro y dejaron morir a Orlando Zapata Tamayo.

En el documental emitido por la televisión cubana, varios doctores y una sicóloga del sistema carcelario hablan con el mismo lenguaje de los partes médicos. Se refieren a Orlando como paciente, no como un hombre que decidió perder la vida antes que negociar su dignidad. Era negro y albañil, se dice que en algún momento de su vida cometió algunos delitos. Por gente como él, Silvio Rodríguez escribió uno de sus versos más rotundos: “Si alguien roba comida y después da la vida, qué hacer,/ ¿hasta dónde debemos practicar las verdades?”.