01 diciembre 2009

Tríptico del Monumento de Mal Tiempo


I.
Piedra a piedra,
unos pasos más allá
del sitio donde
en verdad
ocurrió el combate,
el monumento
cede a la tremolina
y
se
desmorona.

El antiguo polvo
se esparce
sobre la tierra vacía
para que los muertos
se sigan muriendo.

II.
Los huesos sin nombre
detrás de un vidrio empañado.
Los nombres desnudos
delante de las cenizas anónimas.
La tarde inundada
por el aguacero
que cayó horas después,
durante la noche más larga
del siglo pasado.

La madrugada que sobrevino
cuando los huesos,
los nombres, el agua
y todas las cenizas
se convirtieron
en un botín de guerra:
150 fusiles máuser,
60 rémington,
6 cajas de municiones,
los caballos de los oficiales
y de la tropa,
las acémilas,
los equipos, el botiquín
y la bandera*.

III.
Ahora esto no es un obelisco,
ni el potrero
que se nubló
de espanto
cuando aquellos
negros en harapos
gritaron “¡Viva Maceo!”.
Tampoco el fortín
donde nuestros
antepasados
se rindieron
a las cuchilladas
y el arbitrio del vencedor.

No calamos las bayonetas
ni tocamos a degüello,
solo escapamos,
cañaveral adentro,
hasta estar seguros
de que nadie nos veía.
Para que te quitaras la blusa
grité “¡Al Machete!”.
Un tren de caña pasó pitando,
como si anunciara
al mundo pacífico
nuestro desastre en Mal Tiempo.

Nunca pude decir
si caímos junto a los héroes
o del lado de los cobardes.


*Miró Argenter, José: Crónicas de la guerra. Editorial Letras Cubanas, 1981. Pág. 210. 

5 comentarios:

Lázaro Chávez Armenteros dijo...

Genial Camilo, bello poema. Cuantos recuerdos acuden a mi memoria, muchas visitas como pionero que ese monumento. Un saludo

Irela y Bernie dijo...

Muy bonito, y con mucho sentimiento.

I.V. dijo...

Guajirito, guajirito, que poema más bonito. Huuummm, tú debiste ser un fenómeno en esos municipios de Dios. Ya te imagino.

Yamil Cuéllar dijo...

Camilo, veo que tenemos en común varias cosas, como cruces, la ENA, el teatro. me alegro por tu blog y agradecido que cualquier lo enlaces al grupo de facebook. Un saludo

Yamil Cuellar dijo...

Excelente, todavía estoy caminando por tu blog.