11 junio 2009

Al lado del camino

Mi reacción ante la golpiza que le propinaron en La Habana a Ángel Santiesteban, ha provocado agrios emails de dos o tres escritores del interior de Cuba (allá en la Isla, la palabra “interior” define todo lo que demarca lo provinciano, lo municipal). Nunca me ha gustado participar en esas porfías, no me interesa el “lleva y trae”, pero no puedo abstenerme de hacer esta aclaración.

En El Fogonero suelo decir lo que se me ocurre. Para eso son los blogs, para que cada quien, sin importar sus ideas, oficio o preferencias, le diga lo que quiera decir a los que quieran leerlo. De eso se trata la revolución que ha provocado la Internet, de darle participación al que accede con libertad a ella. Ahora todos somos emisores y estamos en igualdad de condiciones con el resto de los que producen cosas para la red de redes.

De todos esos emails que he recibido en las últimas horas no tengo nada que decir. Y si lo hiciera sería redundante, porque diría más o menos lo mismo que han dicho ya Manuel Sosa y Félix Luis Viera. Pero hay una frase de Antonio Rodríguez Salvador que no puedo pasar por alto, que quisiera comentar a toda costa. Sobre todo porque haciéndolo, me ayudo a definirme a mí mismo.

“En este mundillo hay reglas: ¿Dónde publicas?, ¿Dónde estudian tú obra? ¿Qué dice la crítica de tu obra?, ¿Quién hace esta crítica?...”, afirma Rodríguez Salvador entre signos de interrogación. Confieso que encontrarme con alguien que, a principios del siglo XXI se plantee con tanta convicción una discusión que ya a finales del XX no tenía el más mínimo sentido, me causa pavor.

He ahí las consecuencias de que los individuos permanezcan aislados y enajenados de lo que está ocurriendo en el mundo. Mientras todos en el planeta están enfrascados en la tarea de acertar cómo acabaremos comunicándonos a través de la Web 2.0, mientras los periódicos desaparecen y las redes sociales se convierten en un espacio donde todos se reúnen sin necesidad de las geografías; estos muchachos insisten en no abandonar el cascarón fosilizado de su huevo.

No puedo responder las preguntas que Antonio hace porque no aplican en mi caso, pero quiero aprovechar la ocasión (así decía Cepero Brito cuando quería abundar en Escriba y Lea) para aclararme algunas cosas a mí mismo. Aunque nací en el Paradero de Camarones, no me considero un escritor cubano, es más, creo que ya no me considero un escritor.

Digo cosas, las que se me ocurren, y algunas aún tienen las formas de la literatura porque soy un individuo del siglo pasado y arrastro esos rezagos. Lo único que no quisiera dejar de ser nunca es un comunicador. Sobre todo ahora, que es más importante comunicar que escribir. Por eso no me preocupa estar al lado del camino, ya no importa el lugar donde tan bien se esté, ni lo cerca o lo lejos que quedes, lo único en verdad importante es estar conectado.

Hoy El Fogonero es un blog, pero mañana puede ser cualquier otra cosa. Lo único que no mutará en él es mi obsesión por cuestionar, acertar o errar a través de la creatividad. En cuanto a la literatura, creo que las pocas cosas que escribo serían más o menos igual si yo fuera argentino, polaco o australiano. No me interesa que se vea mi “obra” dentro de una generación, un contexto o una geografía. Creo esa “metodología” es cada vez más incomprensible y absurda.

Como las canciones me ayudan a entender al mundo con mucha más claridad que los filósofos, acabo esto tarareando una estrofa de Fito Páez. Para los que nunca la han oído, pongo el link de Youtube. Si se animan, canten conmigo:

Yo ya no pertenezco a ningún ismo

me considero vivo y enterrado.

Yo puse las canciones en tu walkman,

el tiempo a mí me puso en otro lado.

Tendré que hacer lo que es y no debido,

tendré que hacer el bien y hacer el daño.

No olvides que el perdón es lo divino

y errar a veces suele ser humano…

8 comentarios:

Lilo Vilaplana dijo...

Camilo, no hagas caso a estos escritores provincianos y mediocres que solo tienen una neurona para levantar la mano y recibir las migajas que le autoriza a coger el tirano. No hagas caso a estos energumenos que viven de rodillas y aplauden cada vez que a la dictadura se le ocurre apretarle mas la soga que llevan hace cincuenta años al cuello. No respeto a esos imbéciles que tienen que escribir su obra como se lo indique sus esbirros. No te detengas Camilo en contestarle a estos lameculos, masoquistas adictos a la ausencia de libertad.
Hay que apoyar al escritor Angel Samtiesteban , y hay que repudiar a los que intenten silenciar cualquier voz que se levante a defender la libertad perdida, la honra de la patria que pisotearon los hermanos Castro y sus secuaces. Vivir en el ostracismo es dificil, pero prefiero seguir errante que regresar a ver mi Cuba destruida y a la isla no regreso mientras la dictadura siga pisoteando a los cubanos, ya no se si tenga ganas de volver a mi patria para ver el basurero de los Castro, te acuerdas de aquel chiste que terminaba ...y el culo donde lo enterramoa , comandante, porque usted cago la isla entera?.

Manuel Sosa dijo...

Y según esa metodología que hace a alguien "ser alguien" de acuerdo al volumen de referencias virtuales, Homer Simpson es más popular que el otro "Homer", aquel poeta griego.

¡Gracias!

Dedalus dijo...

y rondan por siniestros ministerios haciendo la parodia del artista :)

La gente defiende aquello que le da de comer, les aterra pensar que en el mundo real pueda que no haya espacio para ellos el día de mañana.
no fear, camilo, sabes que estás montado en el tren correcto.

yo no sé donde va, yo no se donde va mi vida /
yo no sé donde va, pero tampoco creo que sepas vos ;)

Pedro Ramón López dijo...

Poeta buenísimo, un abrazo.

blanca dijo...

Camilo coincido con el primer comentario, no vale la pena dedicarle un segundo en contestar esos emails, escritos mas por oportunismo y por prebendas, que por convicción. A ninguno le creo nada y no siento el menor respeto por ellos. La situación que viven hoy en día los cubanos es ignominiosa, es vergonzosa y humillante, un cubano que se respete no puede agasajar, alabar ni defender los constantes atropellos a los que es sometido el pueblo.
Hay muchos mas como Angel Santiesteban, hay cientos, miles, pero yo, viviendo en el extranjero, no me siento con el derecho de cuestionar las razones o temores que tengan para hacer lo mismo que hizo el valiente Angel.
En un comentario anterior te hablé sobre que pienso de la valentía de los cubanos. En los gobiernos anteriores se conocía abiertamente que se torturaba y asesinaban a jóvenes y sin dudar se tiraban a la calle constantemente, mi padre fue uno de ellos, le sacaron las uñas, lo dejaron sordo de un oído, todavía conserva en la espalda las marcas de los latigazos pero salía de prisión y volvía a lo mismo, muchos de sus amigos murieron, no puedo creer que la esencia del cubano haya cambiado, lo que si ha cambiado es la dictadura, y esta ha sido la peor que hemos sufrido, capaz de cometer la mayor de las atrocidades, anular al individuo, quitarle todos sus derechos, todo eso en nombre del pueblo y para su bienestar.
Respeto su criterio con relación a regresar a la isla, no pienso igual, no existe un solo día que deje de pensar en ella, aunque la hayan convertido en un “basurero”, pero como la frase: nuestro vino es agrio pero es nuestro vino, ese es mi “basurero” no fui yo ni los cubanos que quiero y respeto quienes lo convirtieron en eso y espero algún día, que todas las vidas que han ofrecido cientos de valientes cubanos por ver a una Cuba realmente libre, se haga realidad y te puedo asegurar, que estaré allí como la primera, para limpiar de toda la mierda que le han echado, creo que va a ser mi primer trabajo voluntario...

Anónimo dijo...

Cada ves que veo estos comentarios los respeto pero se me parecen más a la respuesta indinada al revés, estamos muy jodidos si en un futuro lo que va a primar por libertad de expresión, pluralidad y demás necesidades para Cuba, nos encontramos que tendremos nuevos martires a trocha y a mocha, me imágino que ni Pedro Navaja dejará de tener su monumento. Yo tengo amigos y familias allá, muchos amigos, unos valientes, otros con miedo, unos presos por opositores, otros vecinos y conocidos con y sin uniforme, si hay un trabajo voluntario para limpiarlos con las mismas faltas de garantías en procesos permeados sólo por odio e intolerancia politica, es mejor no volver nunca, para ver que seremos pioneros de la misma mierda.

elena la de troya dijo...

aunque las respeto por el derecho que tienen esas opiniones que abundan en los blog de limpieza y muerte. Qué vamos a hacer con familias y amigos que sin ser chivatos no pudieron salir, o desidieron quedarse? Vamos a convertir en nuevos martires a todos ellos? Habrá jama pa tanta gente? Imáginen no a un chivato, si no a un opositor preso, llegan muchos de los nuevos aguerridos heroes opositores y los desplazan, los mismos que dentro de Cuba, mayor que menor grado no dispararon ni un chicharo de protesta, por miedo o oportunismo, estamos supuestmente construyendo la nueva patria, si esa Cuba, va a ser igual a esta dictadura que tenemos. Le zumba el mango, es mejor morir de exilio

Laura dijo...

Me parece muy mediocre llamarle mediocres a muchos escritores que no lo son,podemos llamarles oficialistas, independientes, callados pero mediocres sólo por su credo, es muy fácil decirle desde acá,y es la misma intolerancia que muchos que están en el destierro sufrieron. Ningún escritor en Cuba puede ir a una agencia de viaje y sacar pasaje para viajar a eventos, incluso los que no regresan deben tomar vuelo oficial.Si nos fuimos porque no queriamos vivir en una dictadura que nos indicaba lo que podíamos o no hacer, y muchos hasta el último momento cantaron loas por miedo, por que debemos dictarles lo que ellos deben hacer?. No es el mismo discurso?