31 agosto 2008

Los olores como sentido de pertenencia

Suelo identificar a los lugares por sus olores, por eso me dejan de pertenecer cuando cambian o se pierden. Me pasó por primera vez en 1974. Ese año se divorciaron mis padres y me fui a vivir con mis abuelos a la estación de Camarones. Cuando volví a la casa de Manicaragua, donde había vivido hasta entonces, ya no olía igual. Eso me impidió regresar a ella de la misma manera que lo había hecho hasta entonces.
Las aulas de teatro de la Escuela Nacional de Arte tenían un aroma muy particular. Unas flores silvestres que crecían a su alrededor, inundaban todos sus espacios. Cuando desbrozaron el solar aledaño, la esencia se esfumó. Como no encontré el olor que había dejado al irme, me molestó menos el hecho de encontrar a una pareja usurpando el balcón donde solía sentarme con mi novia.
Sin el olor de aquellas hierbas, era más fácil entender que todo aquel reino le pertenecía a otros. Los viajes de Cienfuegos a La Habana, al menos para mí, tenían el olor de los Budd, aquellos vagones plateados que atravesaban la fría madrugada de la provincia haciendo los ruidos indispensables.
Cuando se acabaron las piezas de repuesto y los sustituyeron por un locomotora con cinco coches FIAT, ya nada olía igual, ni siquiera los pueblos cuando nos deteníamos en ellos. Siempre me pasa lo mismo, suelo desprenderme de los lugares cuando sus olores cambian. A veces un cambio que para otros es imperceptible, hace que pierda todo el sentido de pertenencia que tenía sobre ellos.

30 agosto 2008

Son sordos, pero tuvieron que oír

Anoche Gorki Águila durmió en su casa. El Tribunal Municipal de Playa, en La Habana, sólo pudo condenarlo a pagar una multa de 600 pesos, en 300 cuotas de dos pesos. El régimen de Fidel Castro siempre ha sido sordo en cuestiones de justicia, lo ha probado en miles de causas desde 1959 hasta hoy, pero al menos por esta vez tuvo que oír.
“Cuando la gente toma conciencia de la injusticia, te quedan esperanzas de que esto cambie alguna vez”, afirmó Gorki al salir libre. Juzgarlo por “desobediencia” y no por “peligrosidad social”, fue la salida que encontraron para quitarse de encima la presión que generó la solidaridad de tantos cubanos en tantas partes. “Siento orgullo por toda esa gente que se ha solidarizado [y] desprecio, más todavía, por toda esta tiranía”, declaró el músico después de ser conducido por la policía a su casa.
La liberación de Gorki debería convertirse en aliciente para que todos sigamos haciendo cosas por la liberación de todos los presos de conciencia que hay en la Isla. Los médicos, los panaderos, los matemáticos, los sastres, los torcedores de tabaco, los ingenieros, los barrenderos, los macheteros, los maestros, los taxistas, los cocineros, los ferroviarios, los marineros y todos los demás, hagan lo que hagan, merecen la misma solidaridad y el mismo apoyo que los artistas y los escritores.

29 agosto 2008

¿Sólo hay que temerle a Papito Serguera?

Al parecer los que se fueron a la “guerra de los emails” por la reaparición de Papito Serguera, sólo le temen a ese fantasma de antaño. Ninguno de los que participó en aquel escandalito in vitro ha dicho ni esta boca es mía desde entonces. En Cuba han pasado muchísimas cosas más graves, pero nada los ha movilizado, nada ha merecido que pidan otra vez la palabra. Justo en el momento en que su país más los necesita, es que más timoratos se han comportado.
Lo único que los perturba es el pasado. Sus problemáticas siguen circunscritas a la colonia, a la República y, como mucho, a ese caso cerrado y maquillado con el eufemístico nombre de Quinquenio Gris. Pero del presente, ni siquiera los oprobios más evidentes les importan. Anoche los esbirros de la Seguridad del Estado patearon a unos pocos jóvenes en un concierto que al final Pablo Milanés definió como maravilloso. Pablo y todos los que cantaron junto a él, habían recibido una carta abierta donde se les pedía que exigieran la libertad de Gorki Águila.
Ninguno lo hizo, ni siquiera cuando presenciaron desde lo alto la golpiza. Recuerdo al menos dos canciones de Pablo dedicadas a presos de conciencia. Una con letra de Mario Benedetti y otra inspirada en la vida de Nelson Mandela. Al parecer los presos de las dictaduras de derecha le inspiran más que los presos de las dictaduras de izquierda. Todo indica que los presidarios extranjeros lo conmueven más que los compatriotas en presidio.
Algo semejante le pasa a los que reaccionaron en cuanto Papito Serguera sacó la cabeza por la televisión. Que la Isla también parezca un enfermo terminal, no es parte de sus preocupaciones. Ellos se conforman con el Permiso de Salidas Múltiples que les acuñan en la UNEAC y con las miserables prebendas que puedan recibir a través de esa institución. Por eso es que sólo le temen a Papito Serguera, para ellos él es el único enemigo a la vista.

Defiendan a Cuba, pero a Cuba

“Nos dieron golpes. No sé donde están ni Hebert ni Ciro. Yoani escapó. Creo que se llevaron a alguien pero no sé a quién. La prensa lo filmó todo. Llevamos una pancarta y gritamos. La gente corría en masa y la Seguridad daba golpes por unos segundos el concierto fue un caos. Alertamos a la comunidad internacional a seguir de cerca el caso de Gorki Águila y del estado en que podrían encontrarse Ciro Díaz, Hebert Domínguez y Renay Kayrus, integrantes de Porno Para Ricardo, así como de la bloggera Yoany Sánchez”.
Este escueto comunicado, redactado en versos, es lo único que se sabe a ciencia cierta de lo que pasó anoche en la Tribuna Antimperialista de La Habana, ese lugar que los cubanos han bautizado como el Protestódromo y donde ayer, mientras Pablo Milanés cantaba, se protestó por primera vez en contra del régimen de Fidel Castro, el convaleciente dictador cubano. En el transcurso de la semana, decenas de artistas, escritores y periodistas cubanos firmamos una carta abierta a Pablo Milanés y a los que compartirían el escenario con él (Kelvis Ochoa, Polito Ibáñez, Santiago Feliú y Omara Portuondo, entre otros), pidiéndoles que aprovecharan “la oportunidad de esa tribuna pública para pedir la liberación del músico Gorki Águila, cantante y director de Porno Para Ricardo".
Ninguno lo hizo. Y mientras ellos cantaban, la Seguridad del Estado, eso órgano represor al que pertenecen los cinco espías encarcelados en Estados Unidos, patearon a los integrantes de la banda que están aún libres, reprimieron a la bloggera Yoany Sánchez y pisotearon el único motivo del salvaje acto: un cartel que sólo decía “Gorki”. La escena de los policías y los esbirros de la Seguridad golpeando salvajemente a los asistentes al concierto, debió producir una especie de deja vu en Pablo Milanés, que vivió escenas muy parecidas en Santiago de Chile, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Felizmente Chile hoy disfruta de una de las democracias más exitosas del continente, ahora es la propia patria de Milanés la única en América Latina que padece la ignominia de un tirano.
Muchos escritores y artistas dentro de Cuba, aunque estén en contra de la encarcelamiento de Gorki Águila y probablemente de todos los presos de conciencia que hay en la Isla en este momento, continuarán callados por una cuestión de sobrevivencia. Es comprensible. Pero sería una vergüenza que firmen un documento condenatorio perpetrado por la UNEAC, el Ministerio de Cultura o cualquiera de las instancias del poder. Los cantantes españoles Alejandro Sanz y Miguel Bosé manifestaron su rechazo a la detención de Gorki Águila y ya hicieron pública su solidaridad. No podemos decir lo mismo del dominicano Víctor Víctor y del puertorriqueño Danny Rivera, que mientras esto sucede, le cantan a los cinco espías en Nueva York.
Ojalá que todos los artistas de Iberoamérica defiendan a Cuba con ahínco a partir de este momento. Pero que defiendan a la Cuba de todos los cubanos y no a la de un dictador moribundo que ha dejado a su país en las mismas condiciones que él.

27 agosto 2008

La buena estrella, la mala Estrella

Bajo el seudónimo de Estrella, un(a) lector(a) de este blog dejó un comentario en el post ¿Quién merece la solidaridad, cinco espías o decenas de presos de conciencia?. Cito el texto íntegro, sólo he moderado las faltas de ortografía, los errores en la puntuación y los problemas de concordancia. El párrafo de más abajo, es mi respuesta.
“Me parece que este Gorky es un provocador y bueno, que lo disfrute −dice Estrella−, es un honor para cualquier rockero que le pase eso. Así que déjense de tanta cosa. Por otro lado, creo que esa fama que le están dando es sólo por decir cosas de Fidel o de política. Eso estará muy bien, pero la verdad [es que] de arte y música no tiene nada. Así que deberían pedir apoyo a otros, no a los artistas. En Cuba no lo conoce nadie, la verdad. La manipulación viene de todos lados y a mí no me jode nadie, ni firmo ni apoyo nada. Allá las ovejas...”
Estimada Estrella (en el más que poco probable caso de que en verdad te llames Estrella). Si te soy del todo honesto, nunca he escuchado la música de Gorki Águila, tampoco necesito hacerlo ahora que defiendo su derecho a decir lo que piensa sin ser reprimido ni encarcelado. Tu excusa es el pretexto del que siempre se ha valido Fidel y todos los que alientan su dictadura para ganarle la partida a sus adversarios: la descalificación.
Mientras Raúl Rivero estuvo cerca de Nicolás Guillén y representaba a la UNEAC en eventos internacionales, era uno de los grandes poetas de su generación; en cuanto disintió, se convirtió en un escritor mediocre y en un alcohólico que le pegaba a sus mujeres. Mientras Zoé Valdés fue funcionaria del ICAIC, era merecedora de importantes premios literarios (llegó a ganar, incluso, el de FMLN, la guerrilla salvadoreña); pero una vez que hizo la primera declaración adversa, se convirtió en una farsante hasta para los que la galanteaban como moscas.
Apuesto a que si Gorki tocara lo que toca actualmente, pero a favor de la revolución, se presentara hasta en la Tribuna Antimperialista, como una prueba de diversidad cultural y de las distintas formas de expresión revolucionarias. No hace falta que en Cuba nadie conozca a Gorki, ni que su obra sea tan trascendente como la de Silvio. Lo que si hace falta es que nadie viole su derecho a decir lo que piensa sin ser reprimido y mucho menos encarcelado. Nadie te está pidiendo, Estrella, que firmes nada, pero al menos por pudor, deberías hacer silencio si no tienes el valor de gritar ante una injusticia como esa.
Si Gorki fuera tractorista, pescador o panadero, también saldría en su defensa. Te repito, no defiendo su obra sino sus derechos. No hablo de sus canciones sino de su libertad, que al final, es la misma que nos merecemos todos nosotros.

26 agosto 2008

Réquiem por Quino

He tenido varios perros, pero los dos que más he querido se llamaron Quino. En 1974, la perra de Chena, el dueño de la bodega y el cine, parió unos cachorros mitad pastor alemán mitad sabe Dios qué cosa. Mi abuelo Aurelio se negaba a que tuviéramos perros en casa, porque siempre morían atropellados por los trenes.
Vivir en una estación, aún cuando yo casi nunca los notaba, tenía sus inconvenientes. Me las ingenié, con la complicidad de mi abuela Atlántida, para que pareciera que la cachorrita había llegado al patio de la casa por accidente. “Quizás se le cayó a alguien de un tren”, dijo mi abuela mientras le daba leche. Aurelio aceptó al animal pero no la excusa.
Dos días después, su amigo Chena le preguntó cómo estaba la perrita que me había regalado. Le puse Laika, en honor al primer ser vivo que llegó al espacio. Me acompañó durante los años más felices de mi infancia. Corrimos por el potrero, perseguimos vacas y garzas. Aprendimos a entendernos con un alfabeto muy parecido al Morse. Pero al final mi abuelo acabó teniendo la razón. Un mal día salió corriendo de la casa y no tuvo espacio para seguir por el andén. Atravesó la línea principal en el momento en que pasaba un tren de carga.
Durante mis últimos años en Camarones, tuve a Quino I. Era también un cruce de pastor alemán con otra que se diluyó en la elegancia de la primera. Quino I se convirtió en toda una celebridad entre los pasajeros que esperaban su tren en el andén. Daba unos saltos increíblemente altos y era capaz de atrapar a una gallina en cuestión de segundos. Con él también corrí por el potrero, pero ya no tenía la candidez que se requiere para empinar un papalote.
Quino II sí era de pura raza: un american skimo hijo de campeones. Pero una malformación en sus dientes lo sentenció a muerte. Zilma logró que no lo sacrificaran y se lo vendieran a muy bajo precio. En un abrir y cerrar de ojos se convirtió en el centro de la casa. Dejamos de ir de vacaciones por tal de no dejarlo solo. Siempre se las ingeniaba para estar con todos a la misma vez y tenía ese raro instinto de los lobos de vigilar el punto que nadie estaba vigilando.
Un absurdo accidente le costó la vida. A partir de hoy el mundo de todos nosotros no tiene a Quino. Cuando lo cargué, ya moribundo, tenía la esperanza de que algo, así fuera el dedo del personaje de Pushing Daisies, lo salvara. Ana Rosario trajo de Europa una foto suya junto al sepulcro de todos los perros de un rey. La tumba de Quino es invisible, es el silencio enorme que se escuchará de ahora en adelante, cada vez que un extraño toque a la puerta.

¿Quién merece la solidaridad, cinco espías o decenas de presos de conciencia?

(Carta abierta a Víctor Víctor, con copia a Danny Rivera)

Mientras Víctor Víctor y Danny Rivera vuelan hacia Nueva York, para participar en un “acto de solidaridad” con los cinco espías cubanos que permanecen prisioneros en cárceles de Estados Unidos, Gorki Águila, el líder de la banda de rock Porno Para Ricardo, fue apresado en La Habana. Durante su reciente estancia en República Dominicana, Paquito D’Rivera lamentó que Víctor y Danny aún se sumen a ese tipo de convocatorias, orquestadas y financiadas por el gobierno cubano.
Al hacerlo, el músico recordó las decenas de presos de conciencia que permanecen impedidos de todo derecho en la Isla. No conozco a Danny Rivera, no puedo saber cómo piensa. Sólo le oí en algún momento de mi infancia. Sus canciones se pasaban con cierta regularidad en la radio cubana hasta que las prohibieron por alguna acción del artista que molestó al régimen. Entonces, fue excomulgado junto a su compatriota José Feliciano y muchísimos otros.
A Víctor Víctor sí lo conozco bien. Durante un tiempo, incluso, compartimos una misma columna en el diario El Caribe. Luego, nos hemos involucrado en varios proyectos culturales, donde siempre he disfrutado su amistad y su inteligencia. Dada la cercanía, es a Vitico a quién le hago esta pregunta: ¿Quién merece la solidaridad, cinco espías o decenas de presos de conciencia?
Los cinco espías son miembros de la Seguridad del Estado, ese organismo perverso que ha reprimido y torturado a miles y miles de cubanos. Los cinco espías trataban de delatar, perseguir y hostigar a sus compatriotas en territorio norteamericano con la misma impunidad que lo hacían en territorio cubano. Ellos no encarnan a ese luchador internacionalista al que ustedes con mucha pasión y hasta con cierta ingenuidad le han cantado a lo largo de sus vidas, ellos son sólo chivatos, un engranaje más dentro de esa maquinaria que ha demolido todas las esperanzas de los cubanos, hasta el punto de dejar al país en la ruina, física y moral.
Por eso sólo te pido, Vitico, que cuando te subas al escenario a cantarles a esos cinco espías en el mismo territorio donde están presos (algo impensable en Cuba. Y eso tú lo sabes), pienses en Gorki Águila, un músico como tú y un joven contestatario como tu hijo. Es curioso, el grupo de Gorki se llama Porno Para Ricardo y el de Ián, Modafoca. Como vez, ambos atacan a sus sociedades con el desparpajo y la radicalidad que su juventud les permite. Sólo que Ián lo sigue haciendo con entera libertad y Gorki acaba de ser enclaustrado en una mazmorra.
Me parece muy bien que Víctor Víctor y Danny Rivera sigan siendo “revolucionarios” con una intensidad que suele perderse a sus edades, pero me gustaría que escogieran mejor sus causas. Ser revolucionario, ya sin comillas, implica reconocer las verdaderas causas y asumir sus azares sin medir las consecuencias.

25 agosto 2008

Los que vuelven de perder, te saludan

Lo admito, esperé con ansias la Reflexión del Comandante en Jefe sobre el desmerengamiento de Cuba en las Olimpiadas de Beijing. Apenas abrí los ojos, entré al Granma con la seguridad de que iba a ser el primer link de la portada. En efecto, Fidel no me hizo quedar mal. Pero, en honor a la verdad, me esperaba una excusa mejor pensada, algo menos burdo.
Tal como hizo inmediatamente después que salieron a la luz pública las críticas al sistema educativo cubano, el Comandante salió con un cuchillo en la boca a defender su gestión de medio siglo. Sí, porque aunque nadie se atreva a señalarlo como el verdadero culpable de todos esos derrumbes, él está más que claro que son obra suya.
No puedo resistirme a la tentación de citar en extenso un parrafito que es una obra maestra del disparate: “Los peloteros profesionales adversarios eran como máquinas diseñadas para batear; su pitcher, un zurdo de velocidad, bolas variadas y precisión exacta. Se trataba de un equipo excelente. Los cubanos no practican el deporte como profesión lucrativa; son educados, como todos nuestros atletas, para servir a su país”. Sin comentarios.
Al final, como ya es demasiado habitual en él, trata de convertir el revés en victoria y le resta importancia al espectacular retroceso que ha sufrido el deporte cubano, decretando que “recibamos a nuestros deportistas olímpicos en todos los rincones del país. Resaltemos su dignidad y sus méritos. Hagamos por ellos lo que esté a nuestro alcance. ¡Para el honor, Medalla de Oro!”, concluye.
Consciente de que dentro de cuatro años la crisis será aún mayor, pone el cubo antes de que caiga la gotera: “Preparémonos para importantes batallas futuras. No nos dejemos engatusar por las sonrisas de Londres. Allí habrá chovinismo europeo, corrupción arbitral, compra de músculos y cerebros, costo impagable y una fuerte dosis de racismo”, advierte.
No hay que ser demasiado suspicaz para entender lo que está diciendo entrelíneas. De estar vivo dentro de cuatro años, se agarrará de cualquier pretexto para impedir que Cuba asista a las próxima Olimpiadas y así evitar otro bochornoso retroceso en la tabla de posiciones. Es suficiente con haber quedado en Beijing 2008 por debajo de San Luis 1904.
Ave Comandante. En verdad hubiera sido más cómodo que no oyeras nunca eso de boca de tus gladiadores, pero no hay más remedio, los que vuelven de perder, te saludan.

MEDALLAS DE CUBA EN LA HISTORIA DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS
 

24 agosto 2008

Fito dijo lo que dijo


En la más reciente edición de La Jiribilla, Laidi Fernández de Juan pone por escrito su desencanto con Fito Páez. Unos días antes, el autor de “Giros” hizo lo mismo con el suyo por la revolución cubana. Presumo que Laidi no tuvo acceso a la fuente primaria (es muy probable, todos conocemos las restricciones que hay en la Isla con la Internet), que es un reportaje de Arturo Arias-Polo.
Lo digo porque cita mal al cantautor y, al temer que el periodista de El Nuevo Herald haya sacado de contexto las palabras del argentino, es ella quien lo hace. Lo que en realidad hizo Fito fue criticar a la élite inamovible que ha gobernado a Cuba por medio siglo y exhortar a todos los cubanos a fundar la esperanza de un nuevo país.
“Nadie puede calentar la silla más de 40 años. Cualquier proceso revolucionario conlleva la idea revolucionaria: si se queda fijo es que ya se paró'”. Eso es lo que dijo Fito textualmente, Laidi, y me imagino que compartas con él esa creencia. Fernández de Juan hizo pública su tristeza porque Páez dijo que “lo que queda de la Revolución Cubana son muertos en el mar”.
No, Fito en realidad fue mucho más preciso: “No quiero ser tendencioso [porque] no hay buenos ni malos en ese sentido. Lo que hay son muertos en el mar, familias rotas e historias quebradas. El análisis político y las decisiones que se hayan tomado con respecto al manejo de la Isla se me escapan de las manos [...]. No tengo derecho histórico. No puedo, porque no soy de allí'”.
Todo eso, Laidi, también es una verdad irrefutable y una señal de que Fito tiene intacta la voluntad de seguir ofreciéndole su corazón a los cubanos con la misma autenticidad y honestidad que lo hizo el primer día. Es cierto lo que afirmas, Silvio Rodríguez dijo una vez que la revolución es un sistema perfectible. Pero en todos sus años como diputado no logró, por ejemplo, que se aboliera el Permiso de Salida, que es una aberrante violación de los derechos de todos nostros, incluyéndote a ti y a tus hijos.
“Yo creo que ahí hay que fundar la esperanza de una nueva Cuba. Ese puede ser el secreto, porque no se puede vivir con odio y resentimiento toda la vida”, fue lo que en verdad dijo Fito en ese momento y te lo repito yo, Laidi, ahora. Cuando se defienden tantas verdades a medias, puede correrse el riesgo de acabar mintiendo sin ni siquiera quererlo.

Texto de Arturo Arias-Polo en El Nuevo Herald: http://www.elnuevoherald.com/167/story/263135.html

Texto de Laidi Fernández de Juan en La Jiribilla: http://www.lajiribilla.cu/2008/n381_08/381_10.html

Paquito, claro que Paquito

La noche estaba nublada y no hubo Luna sobre el Jaragua, pero el saxofón de Paquito D’Rivera ofreció toda la claridad que allí hacía falta. Estoy entre los que dejó un asiento vacío en el Teatro Nacional. Tuve que elegir entre un ser de este mundo y alguien que regresa de la posteridad para seguir siendo contemporáneo, indispensable. Esa fue mi excusa.
Para Pedro Guerra siempre habrá tiempo. A diferencia de Drexler o Calamaro, que permanecen inagotables, al canario ya le empieza a pesar el tiempo. Oír sus últimos discos es como caminar en círculos, visitando y revisitando las mismas ideas y los mismos sonidos.
Paquito D’Rivera en cambio, aunque ya está blanco en canas, sigue siendo el niño prodigio que llegó a convertirse en uno de los más importantes saxofonistas de la historia del jazz. Apenas unos segundos lo justifican todo: cuando el piano barroco de Bach se fusionó con el pambiche de una tambora cibaeña. La opción era Paquito, claro que era Paquito.

21 agosto 2008

WALL-E

Que Pixar realizara películas inolvidables ya no era noticia, esa puede ser la razón por la que se propusieron hacer una obra maestra. Siempre me han parecido inútiles esas listas que procuran canonizar las 100, las 50 o las 10 mejores películas de todos los tiempos. Todas son muy sujetivas y cuestionables. Pero eso no me impide hacer las mías y en cualquiera de ellas tendría que estar WALL·E. Cuando me encontré con el pequeño y solitario robot, de inmediato recordé a otro pequeño y solitario individuo de la historia del cine.
Más de una vez, mientras veía a WALL·E deambular por su desolado planeta, con la única compañía de una cucaracha, recordé a Buster Keaton y a los personajes que el hombre más triste del mundo encarnó para matarnos de la risa. Andrew Stanton, el director del filme, le hizo a lo largo de su historia un hermoso homenaje a Stanley Kubrick y a 2001: Una odisea del espacio; pero el peso del conflicto no descansa en el tributo o en las analogías, sino en la extrema originalidad.
Hasta hoy todas las parejas inmortales eran de carne y hueso: el Cid y Jimena, el Quijote y Dulcinea, Fausto y Margarita… Habrá que agregar ahí a WALL·E y EVA, dos máquinas que fueron capaces de encontrar el amor sin necesidad de tener ni siquiera corazón.

20 agosto 2008

Gas Car

En 1986 mi abuelo Aurelio estaba muy enfermo, pero tenía cara de que iba a vivir por lo menos cien años. Nada de lo que me rodeaba en la estación de Ferrocarril del Paradero de Camarones parecía tan perecedero como al final resultó siendo. Estos tres poemitas, que alguna vez formaron parte de un libro que se llamaba Gas Car y que reaparecieron inexplicablemente, son ahora una de las pocas cosas que he podido rescatar de aquel naufragio.

EL TREN QUE PASA
Nunca haré un gran poema.
 No tengo paciencia para escribir
esos ríos de versos.
Las obras rotundas me producen alergias.
Jamás lograría encontrar
la medida unitaria
de las cosas trascendentes.

El tren que pasa es mi único testimonio,
lo único que quisiera contar
de todo lo que está sucediendo.


EL ESPEJO DEL APARADOR

¿Qué dirás de mí cuando vuelvas a esta casa
y la encuentres vacía?
¿Qué pensarás de esto que escribo
cuando todo está en pie y aún existe
lo que tendrás que recordar para siempre?
¿Con qué te quedarás de lo que soy ahora,
sin haberte dado tiempo a corromperme,
a viciarme con el tiempo y la indulgencia?


OJO DE AGUA

El lisiado que viene a esperar al tren en su antiguo quitrín,
la muchacha que se va de aquí para siempre,
el niño que se come un mango debajo de una nube de moscas,
las dos viejecitas de las dos sombrillas negras,
el miliciano, el apostador clandestinos y el guardafrenos.

Aunque en este apeadero nunca cambia nada,
ninguno de esos seres volverán a reunirse;
nadie podrá juntarlos otra vez en este punto y a esta hora,
mientras el mixto de Cumanayagua hace su parada reglamentaria.

18 agosto 2008

APECO puro

Natalio Puras, APECO, es uno de los más importantes maestros de la fotografía dominicana; pero es también uno de los más desconocidos fuera de Santiago, esa ciudad a la que él le dejó su corazón antes de mudarse al reino de la locura.
El libro APECO, fotografía, historia y vida acaba de ser presentado en el Centro León, donde la Cámara de Diputados le hizo uno reconocimiento a esa ave rara del lente, a ese inquilino permanente de la imaginación que dedicó buena parte de su vida a legar sus conocimientos y a propiciar la creatividad de los más jóvenes.
Ojalá que esa iniciativa de la Cámara de Diputados se traduzca en muchas otras acciones que continúen divulgando la obra de APECO. Una de ellas podría digitalizar su miles y miles de negativos, donde seguramente están recogidos buena parte de los signos de identidad que han definido a los dominicanos y en particular a los cibaeños.

16 agosto 2008

El narcisismo de Narciso

Narciso Isa Conde es el mejor ejemplo que se pueda poner del rol que ha acabado jugando la izquierda anquilosada y reaccionaria de Latinoamérica. Si alguien le hace daño al desarrollo del continente, en este momento en que su mapa ha cambiado de color, son esos seres caricaturescos que parecen sacados de una obra de Goethe.
Resulta que el líder “revolucionario” dominicano ha denunciado toda una conspiración de lo que él califica como el “régimen narco-para-terrorista de Álvaro Uribe” para asesinarle. Eso que él llama “régimen” es el gobierno de Colombia, que en estos momentos goza del más alto apoyo popular del continente. Justo en territorio colombiano fue que Narciso, movido por su inagotable narcisismo, se retrató disfrazado de guerrillero (un oficio que en la realidad nunca ha ejercido).
Esa imagen me hace preguntarme quién agrede a quién. ¿Las autoridades colombianas indagando por los cómplices de una banda de terroristas o un extranjero que se infiltra en suelo colombiano para apoyar a los que sabotean su democracia?

12 agosto 2008

Sí, Borges es sucesivo

El análisis de cualquier cifra no suele ser tan preciso como un número redondo. Si a los economistas le sobran razones para desconfiar de los porcientos, a los críticos literarios ni se diga. Aún así, vale la pena echarle un vistazo a la pregunta que el El País Semanal le hizo a 100 escritores de habla hispana: ¿Qué 10 libros han cambiado tu vida?
Si los autores encuestados fueron del todo honestos y no cedieron a la tentación de ser elegantes o quedar bien, los resultados ponen a descubierto una verdad incómoda para muchos: Marcel Proust y Frank Kafka son los escritores modernos que más han influido a la literatura hispanoamericana actual. Nadie que escriba en castellano ha sido más leído que ellos por los autores de ese idioma.
Otro dato curiosísimo es la ventaja que Jorge Luis Borges le saca a los escritores del boom, incluyendo a Gabriel García Márquez, quien no logró una posición aventajada ni siquiera con Cien años de soledad. Sospecho que el autor de El Aleph se hubiera divertido muchísimo con las cifras logradas por sus libros. Hay que admitir que Borges tenía razón, él es sucesivo.

08 agosto 2008

Habrá que esperar a mañana

La reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que pretendía pedir el alto al fuego entre el Ejército de Georgia y las fuerzas separatistas de Osetia del Sur ha concluido sin lograr un acuerdo. Mientras tanto, en Tsjinvali se sigue combatiendo. Eduard Kokoiti, el presidente surosetio, asegura que los bombardeos de hoy dejaron por lo menos 1,400 muertos.
Mientras en Beijing se inauguraban los Juegos Olímpicos más fastuosos de la historia, los tanques rusos irrumpían en territorio de Osetia de Sur para apoyar a las fuerzas rebeldes. “Este es el tercer genocidio del pueblo oseta cometido por Georgia”, ha asegurado Eduard Kokoiti a la agencia rusa Interfax.
Por su parte, Georgia ha anunciado que planea imponer la ley marcial en las próximas horas, lo que daría su ejército entera libertad para manejar el conflicto. No es posible calcular las muertes que se produzcan en Tsjinvali antes de que se reanude la sesión en Naciones Unidas. Por lo pronto habrá que esperar a que amanezca en Nueva York y a que todos los miembros del Consejo desayunen.

05 agosto 2008

Nadie le creía

Nadie le creía a Alexandr Solzhenitsin cuando denunció el horror de los campos de concentración y las cárceles de la Unión Soviética. Importantes intelectuales y escritores, procurando justificar sus filias con el régimen socialista, le dieron la espalda y trataron de restarle valor a sus obras.
Alejo Carpentier fue uno de los que denostó a Solzhenitsin cuando el escritor ruso publicó El Archipiélago Gulag en 1973. Esa obra, junto a Un día en la vida de Iván Denisovich (1962) y El primer círculo (1968), revelaba al mundo los horrores de las prisiones de trabajos forzados en Siberia.
Alexandr Solzhenitsin vivió más que el estado que lo condenó y lo privó del derecho a su patria. Sus verdades también se impusieron a las mentiras, la cobardía y la mediocridad de los que le acusaron. Nadie le creía, pero sus palabras quedaron como un testimonio que la ignominia ya no podrá borrar nunca.

02 agosto 2008

Todo se roba, todos roban

Unos hermanos cubanos que estafaron a la Seguridad Social en Estados Unidos, han protagonizado el mayor escándalo por lavado de dinero en la historia de República Dominicana. En el operativo, encabezado por el FBI, les han incautado apartamentos de lujo, moteles, vehículos y hasta un parque acuático.
Ese episodio, que acapara los titulares de los diarios desde hace más de una semana, me ha hecho pensar en una conversación que tuve recientemente con unos amigos. Como suele suceder cada vez que nos reunimos, acabamos la velada tratando de predecir el futuro de Cuba.
Uno de ellos, el más escéptico de todos, está convencido de que una vez comience el inevitable proceso de democratización, se vivirá una crisis muy parecida a la que se produjo en la antigua Unión Soviética después del “desmerengamiento” (el término es de Fidel, quien acuñó así el fin de aquel estado multinacional).
La hipótesis de mi amigo se sustenta, sobre todo, en que los oficiales desmovilizados de las FAR se aprovecharán de su acceso a los arsenales y de su entrenamiento militar para conformar mafias y fuerzas paramilitares que les aseguren su sobrevivencia en el reordenamiento social que se producirá en todos los niveles.
La hipótesis no es tan descabellada como cree otro de mis amigos. Pero hay un elemento más grave aún que ese. Los que tienen en sus manos la tarea de construir la nueva nación, son los sobrevivientes de la gran crisis de valores que se produjo con el llamado Periodo Especial (eufemismo que también es obra de Fidel). Como dice la canción de Carlos Varela, desde entonces en Cuba todo se roba, todos roban.
No es posible para nadie sostenerse dentro de la Isla sin verse forzado a delinquir de una manera o de otra. No sólo por un problema de sobrevivencia, sino porque la mayoría de las leyes que el Estado ha implantado son tan absurdas que no se pueden cumplir ni siquiera por los propios funcionarios que contribuyen a dictarlas.
En el ingenio Cristóbal Colón, de San Pedro de Macorís, conocí a un consultor cubano que trabaja en la industria azucarera desde hace más de 40 años. Aunque ahora es asesor de importantes consorcios de la Florida, República Dominicana y Centroamérica, toda su nostalgia permanece anclada en un centralito de Matanzas que acaba de ser demolido.
Ese consultor nos contaba, a Luis González Ruisánchez y a mí, que en los ingenios de la Florida ya no pueden emplear a cubanos acabados de llegar de la isla. Ni siquiera le dan trabajo a los que provienen de la industria azucarera de la Isla. “Se lo roban todo −nos decía−, los neumáticos de los camiones, el combustible, las baterías… cargan con todo lo que vean mal puesto”.
Otro amigo, que llegó a República Dominicana hace dos años, se burlaba de mí porque yo había hecho un contrato con una compañía de televisión por cable. Él, en su casa, tiene una “cajita” ilegal. Allá traficaba cualquier cosa para sobrevivir, aquí necesita de la ilegalidad para reafirmarse como “luchador”, ese término que en Cuba se ha convertido en un perverso sinónimo de la palabra emprendedor.
¿Cómo se acostumbraría al cocinero que ahora se roba el jamón de la escuela para venezolanos, a comprar en el supermercado el que comerán sus hijos en casa? ¿Cómo convencer al maquinista de que endulce su café con azúcar de la bodega y no con la que él lleva en su tren? ¿Cómo enderezar la pirámide de los valores después que estuvo invertida durante tantas generaciones?
En muchos de los encuentros donde mis amigos y yo nos convertimos en “futurólogos”, nos preguntamos a menudo cuál será el principal legado de la Revolución. Me gustaría que fuera otro, pero lo que trascenderá de todas las batallas, será la “luchita” de la gente para poder “resolver” aún cuando ya no lo necesiten. Un país donde todo se roba y todos roban por la cultura que ha impuesto la necesidad, tardará varias generaciones en recomponerse.
Por eso es que lo de la “teoría soviética” no es tan descabellado como parece. Nos hicieron a imagen y semejanza de aquella barbarie y podríamos acabar comportándonos de una manera tan bárbara como ellos.