18 julio 2008

Ellas se dan candela

La escena era terrible, pero daba mucha risa. Roberto Blanco había resuelto el fuego con tules rojos. Era la última puesta en escena de María Antonia, la obra de Eugenio Hernández Espinosa. Primero pasaba una mujer dando gritos y agitando unas telas ardientes. Luego, alguien pedía un cubo de agua para apagarla. Al final, la carcajada del público extinguía el drama.
Es algo que me he preguntado muchas veces: ¿Cuál es el origen de esa terrible tradición? ¿Por qué las cubanas prefieren arder en llamas a la hora de quitarse la vida? Encuentro en la Red ha publicado la noticia de que dos estudiantes de La Universidad Central de Las Villas (UCLV) desaprobaron su tesis de grado por habérsela dedicado al suicidio en Cuba. La profesora responsable, fue despedida.
Lourdes García y Dayanis Campos son estudiantes de sociología y basaron su tesis, “Los caminos del suicidio: un laberinto real”, en los “niveles preocupantes” que ha alcanzado el índice de suicidio de la provincia de Camagüey. El jurado que evaluó la investigación la consideró “irreal” y propuso que se rehiciera. Según la tesis de Lourdes y Dayanis, 125 camagüeyanas de entre 35 y 40 se quitaron la vida desde el 2006 hasta la fecha.
La doctora Mely del Rosario, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UCLV, se mostró “preocupada” por el origen de los datos. De acuerdo con fuentes cercanas, dice la nota de Encuentro…, un profesor dijo en que dichas estadísticas eran “mantenidas en secreto”, y sólo se comunicaban a la Administración Central del Estado, que sí tenía un "conocimiento exacto del fenómeno”.
En Cuba toda cifra es una duda. La zafra, la educación, la salud, el transporte, el suicidio, la mortalidad infantil, la fabricación de panes… Cualquiera que sea la suma, la resta o el porciento, recibe el tratamiento de secreto de Estado y es blindada para que no llegue a oídos de la opinión pública. Es por eso que las cifras del Almanaque Mundial cada vez están más desactualizadas y son menos creíbles.
Aunque la Universidad Central de Las Villas confiscó todas las copias de la tesis, no pudo evitar esta vez que el rumor circulara. Al régimen cada vez se le hace más difícil impedir que las noticias se expandan. Eso en el mundo real se llama “periodismo ciudadano”, en Cuba recibe el calificativo de “alta traición” y es considerado un delito.
He olvidado muchas cosas de aquella memorable puesta en escena de Roberto Blanco. pero el instante en que Eulalia pasaba envuelta en llamas por el proscenio, puedo reconstruirlo con exactitud. De haberse publicado la tesis de Lourdes García y Dayanis Campos, ahora tendríamos más elementos para saber por qué ellas, allá en Cuba, prefieren darse candela el día que la esperanza, que es lo último que se pierde, las abandona.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Menos mal que en este blog no hay censura y que todos los lectores comentaristas somos bien recibidos...
Solo aprendiendo se aprende, pero las buenas cosatumbre no se desechan.

Odette Alonso dijo...

Así es, Camilo: todo cifra es una duda, un secreto de estado, un camuflaje. Nada allí pareciera ser comprobable "oficialmente". Voy a circular este texto, porque esas muchachas de Santa Clara merecen el reconocimiento, aunque sea también underground.
Un beso siempre, de tu abuelita.

Anónimo dijo...

Esas tesis no son nuevas en Cuba, siempre existieron. Lo que sucede es que el sector académico no sobresalía nunca al sector cultural. Las primeras tesis de suicidio las hacían los psiquiatras, luego los médicos familiares y desde siempre estuvo bien definido que el hombre usa el ahorcamiento o el arma de fuego y la mujer el veneno o el fuego. La sección venosa era similar entre ambos sexos. La mujer siempre ha contado con menos recursos por lo que sus métodos aunque más terribles eran por ende más fáciles de adquirir )a todos nos vendían una botella de alcohol y una de luz brillante). Lo peor de estas tesis no era el método con que se terminaban las vidas, sino la edad, que cada día fue disminuyendo. Eso es sobre todo un hecho muy trágico para un país que decrece en población. Cuba tiene el triste honor de ser uno de los países con más alto índice de suicidio en jóvenes. Recuerdo un levantamiento de cadáver que tuve que realizar en mi rotación por Tanatología donde encontramos a una joven mujer que se bebió un frasco de tinta rápida, se cortó las venas y además como para no fallar se ahorcó de la ducha de su baño. Nada, es que también cuando una mujer decide morir, por lo general lo logra