23 junio 2008

Rodolfo

Son once canciones y fueron grabadas el día en que Fito Páez decidió volverse a llamar Rodolfo. “Como al disco lo hice sólo en mi casa con mi piano, decidí ponerle el nombre que me dio mi padre”, esa es la única excusa que tiene el músico para presentar a su más reciente criatura.
La discografía de Fito Páez está llena de obras osadas, hechas a contracorriente y con las que el autor de El mundo cabe en una canción se nota dispuesto a correr cualquier riesgo. Pero hasta ahora ninguna había sido tan atrevida como Rodolfo.
Ahora, el hecho de que el rockero se haya quedado a solas con su piano, no quiere decir que se trate de una obra caprichosa o autocomplaciente. Los temas, los puntos de vista y la intensidad siguen siendo las mismas, sólo que aquí el silencio tiene más oportunidades de oírse. Rodolfo es el mismo Fito de siempre, pero encerrado en una habitación, como si nadie lo estuviera escuchando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que en realidad ni escribe ni dicta, ya su firma tiene un testaferro, porque un señor que demostró durante sus últimas apariciones públicas tener muy poco control sobre la manera de expresar sus ideas, lo más sensato es que quienes dependen del poder que él construyó lo tengan bien guardado para que nadie correr el riesgo de escucharle dislates sin cuento. No sería el primer caso en las historia, todo esto en el caso de que aun se pasee por la faz de la tierra, porque el sistema está diseñado de tal forma que saber a ciencia cierta lo que sucede a su alrededor es casi imposible. Antonio Gómez Sotolongo