22 marzo 2008

El apóstol del contrabajo

Érase un hombre a un contrabajo pegado. Guillermo Cabrera Infante, que lo conoció en persona, decía que era enorme y se abracaba a su instrumento como si fueran un solo cuerpo. Pero bastaba verlo en una fotografía para reconocer que era un hombre pequeño, trabao, cuya única estatura consistía en el poder de sus dedos.
Israel López nació en la misma casa que José Martí. El azar quiso que el poeta y el contrabajista vinieran al mundo en un mismo espacio. Martí fue el apóstol de la redención, Cachao el redentor del contrabajo. Ambos compartieron un mismo sino: vivieron casi todas sus vidas fuera de la isla a la que evocaron sin desmayo en sus obras.
Israel López ya no está en este mundo. Gracias a Andy García quedó su obra en fílmicas y grabaciones inolvidables. Es allí donde tendremos que ir a buscarlo de ahora en adelante. En esos sonidos y en esas imágenes sobrevivirá para siempre esa esencia de la cubanidad. Aunque Cachao se murió sin poder volver, queda el consuelo de se quedará allá dentro cuando todos los demás tengan que irse.

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